Acerca del conflicto en Palestina

Víctor de Currea-Lugo | 4 de agosto de 2014

Intervención de Víctor de Currea-Lugo en la II Reunión Nacional de la Red Socialista de Colombia acerca del conflicto en Palestina.

El profesor De Currea-Lugo, realizó una importante intervención acerca de la situación Palestina, algunos de sus mitos y posibles salidas ante el conflicto que se presenta actualmente.

De Currea-Lugo, es doctor en Medicina, Máster en Estudios Latinoamericanos, especialista en Derechos Humanos y gerencia de Servicios de Salud; columnista en el periódico El Espectador. A continuación se presenta una transcripción de sus argumentos:

Debates iniciales:

Dos debates, uno desmontar unos mitos y luego dar el argumento.

Mitos

Primer mito: El judío es eternamente víctima. Sin negar las persecuciones que los judíos tuvieron en la inquisición, por parte de los zares, de parte de Stalin también.No se justifica el sionismo (el discurso de la eterna víctima funciona muy bien).

El profesor Norman Finkelstein, es judío, perdió a su mamá, a su papá y a toda su familia en los campos nazis, sin embargo escribió un libro que se llama “La industria del holocausto” y es un libro muy bello en el que el autor dice que: “hay dos holocaustos el del 48 y luego el que se escribe para garantizar la impunidad de Israel”.

De otra parte asegura que un estudiante norteamericano en promedio sabe más del holocausto que de su propia historia o de George Washington, lo que es toda una puesta en escena que resulta siendo interesante. De ahí que hoy el judío judío aplaude a Spielberg cuando escribe “La lista de Schindler” pero lo rechaza cuando produce “Munich” (es una película que muestra el otro lado).

Segundo mito: El mito del terrorista Árabe.

La gente piensa que todos los árabes son musulmanes y que todos los musulmanes son árabes, lo cual debe salir del pensamiento colectivo, a pesar de que los acontecimientos del 11 de septiembre garantizan esta confusión. De hecho, la cara más preocupada del 11 de septiembre de 2001 era la de Arafat, cuando sale diciendo “ofrezco mi solidaridad al pueblo estadounidense…”, dado que él sabía lo que se le venía encima: el acabose de la causa Palestina y la persecución como se dio en la segunda intifada.

Tercer mito: Son dos sociedades enfrentadas de iguales características.

El promedio del Producto Interno Bruto (PIB) en Israel es más o menos de 17.000 o 18.000 dólares por persona al año, en Gaza es de 800 o 700 dólares; si uno entra y cruza la frontera es pasar del primer al tercer mundo en quince minutos.

Cuarto mito: la idea de que antisemitismo es lo mismo que antisionismo.

La palabra Semita tiene un origen bíblico que parte de los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Cafet; entonces los hijos de Sem serían los Semitas. En términos lingüístico-culturales, el semitismo es una expresión lingüística de tres lenguajes: (i) el Hebreo que hablan los judíos; (ii) el Arameo que hablaba Jesús y (iii) el Árabe. Por tanto los árabes son Semitas.

Ahora, el Sionismo es un proyecto que nace sobre todo en el siglo XIX, recogido por Bruno Bauer cuando escribe el libro “La cuestión Judía”, donde plantea la creación de un Estado solo para judíos, es decir, un Estado religioso. En 1896 se realiza el congreso sionista en Basilea, dirigido por Herlz, quien es un gran intelectual y autor del libro “The Judist State”. A partir de ahí plantea la necesidad de crear Israel: estos acontecimientos se desarrollaban entre 1896 y 1897, mucho antes del holocausto.

Uno de los mitos dentro de este mito, es que Israel empieza a ser estado como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y aparece entonces como una reparación por parte de la comunidad internacional al holocausto. No es cierto que Israel aparezca como proyecto posterior a la solución final de la Segunda Guerra Mundial. Israel aparece como proyecto político en 1897.

Un segundo aspecto importante es que hay que distinguir entre antisemitismo y antisionismo. Yo me declaro públicamente antisionista, pero no puedo ser antisemita. Incluso desde el derecho internacional yo debo ser antisionista porque el sionismo es racismo, pero no puedo ser antisemita porque sería un elemento de discriminación.

Quinto mito: La guerra entre Palestina e Israel es una guerra mítica que lleva más de 5.000 años.

Queda evidenciado que hasta finales del siglo XIX vivían tranquilos armenios, cristianos, musulmanes y judíos en Jerusalén, sin ningún problema; cuando los moros son expulsados de España en 1492, ellos se llevan judíos. Durante el imperio Otomano los judíos tenían una legislación especial como las otras minorías, pero vivían en paz y tenían sinagogas.

No es cierto que los árabes hayan querido matar históricamente a otras comunidades. El conflicto empieza en 1897 luego de que se decide crear el Estado de Israel en territorio de Palestina, (mencionando que se pensó en otras ubicaciones como Uganda o Argentina). Entonces el argumento de que es un conflicto religioso, lleva a la pregunta de por qué no se reivindicó la creación de Israel hace 2.000 años; el tema es más político.

Un pequeño recuento histórico

En 1897 los israelíes decidieron crear el estado de Israel en territorio de la histórica Palestina y empezaron a plantear la migración. Los judíos lograron una organización muy productiva, solidaria y sólida con los famosos Kibutz; crearon  un proto-estado y un proto-ejército. Esta organización israelí les permitió ir ganando tierra y llegar a ser 700.000 personas las que vivían allí.

Al final de la Primera Guerra Mundial, se aplica el pacto Sykes-Picot, con el cual se creó el Estado de Irak, se inventó Jordania, Siria, Arabia Saudita y todos se convierten en país, excepto Palestina, que sigue siendo un protectorado inglés y con esa figura se mantiene hasta 1947.

En 1917 hay una gran presión de los judíos, cuando empiezan a migrar hacia Palestina, para que Inglaterra se comprometiera públicamente a apoyarlos en la creación de Israel. Se da la creación de la declaración de Balfour, que es una carta pública donde Inglaterra asegura a Israel que se construirá su Estado en territorio palestino, surgido de un acuerdo entre los anti-judíos (los que no querían a los judíos en Inglaterra) y los pro-judíos (los que querían ayudar a los judíos), quienes planean la ocupación de esa tierra por parte de Israel. A partir de la declaración, Inglaterra se queda con el protectorado y mantiene sus tropas hasta el 47; cuando Inglaterra sale de Palestina, propone a Israel que se repartiera la tierra entre judíos y palestinos, dando origen al famoso Plan de Partición. Los árabes en el 47 no aceptan el Plan y en el 48 Israel declara unilateralmente la fundación del Estado Judío.

Los árabes no aceptaron el plan de partición porque significaba entregarles el 54% del territorio a los judíos y el 46% a los palestinos, a pesar de que eran mucho menos población con más tierra otorgada; por su parte se declaraban como estatuto de ciudades internacionales a Belén y Jerusalén. Hoy en día Jerusalén sigue siendo una ciudad con estatuto internacional en el derecho, por tanto es erróneo decir que Jerusalén es de Israel, es más podría considerarse parte de la Palestina histórica.

Luego de esta declaración los árabes se van a la guerra, la cual ganan los judíos en el 48, debido a que los árabes no tuvieron toda la capacidad militar ni organizativa. Como consecuencia del triunfo de los judíos, éstos se apropian, no del 54% de la tierra, sino del 78% del territorio, quedándole a los palestinos el 22% (Cisjordania, Jerusalén del este y Gaza); expulsando a 700.000 personas de Palestina (los famosos refugiados del 48).

A los niños israelíes se les imparte en la educación primaria la tesis de que en ese territorio no existía nadie antes de su llegada, es decir que era la tierra sin pueblo para el pueblo sin tierra. Sin embargo, el judío Ilan Pappe inició una investigación sobre lo que había debajo de las casas y se encontró con ruinas recientes de dibujos árabes, ropa árabe, lecturas árabes y se dio cuenta que allí hubo una limpieza étnica (de ahí su libro “Limpieza étnica en Palestina”), lo cual negó tajantemente el discurso sionista de “esta es la tierra para nosotros el pueblo sin tierra”.

Los refugiados palestinos fueron a vivir al Líbano, a Cisjordania, a Egipto (no son pro-palestinos sino anti-israelíes) y a Siria; esos campos de refugiados dejan mucho que desear de la solidaridad de los árabes con los palestinos.

Luego en la guerra del 67 Israel ocupa Jerusalén del este, Cisjordania y Gaza; se crearon barrios donde se llevaron a los judíos a vivir con carreteras de comunicación, que no podían ser utilizadas por carros palestinos (aún hoy se mantiene esta situación).

El artículo 49 del IV Convenio de Ginebra -del que Israel hace parte- plantea que el traslado de la propia población al territorio ocupado es un crimen de guerra. Hoy en día hay más de medio millón de colonos viviendo en territorios palestinos.

En el año 80 Israel se declaró como la capital única e indivisible del Estado israelí a Jerusalén; lo cual representa algo falso dado que hoy en día no hay ninguna embajada en Jerusalén, ni siquiera la de Estados Unidos (que está en Tel Aviv). No obstante, Obama en su campaña de 2008 prometió que Israel tendría como capital a Jerusalén.

Luego de la ocupación se empieza a construir un muro que no separa a Cisjordania del territorio ocupado por los judíos, sino que zigzaguea algunas áreas, haciendo que queden algunos acuíferos importantes del lado de Israel, además de la tierra fértil del valle del río Jordán, creando una especie de guetos a cielo abierto. Se calcula que del 22% que le quedó a Palestina luego de la ocupación, hoy en día tiene aproximadamente el 11% o 12% del territorio siendo el muro otra forma de adquisición del territorio.

Puntos importantes en la agenda y posibles soluciones

Los cuatro puntos importantes de la agenda son: primero la ocupación, de lo cual afirmo que  “quien no se atreva a hablar de ocupación no tiene derecho de hablar de terrorismo”. El segundo punto son los refugiados del 48 que tienen derecho a regresar por una resolución de Naciones Unidas, aunque sea un reconocimiento simbólico donde se reconozca la expulsión de los palestinos. Tercero los asentamientos, ya que es imposible la construcción de dos Estados bajo esa lógica.

Una de las soluciones posibles es la creación de un solo Estado donde los palestinos tengan los mismos derechos que los israelíes; lo cual acabaría con el mito del estado judío, un estado religioso, teocrático donde las personas se definen en cuanto creyentes y no como ciudadanos.

En cuarto lugar, se encuentra el caso de Jerusalén, donde se encuentran varios íconos religiosos de varias religiones, los palestinos han propuesto que cada uno cuide los propios, pero Israel se ha negado tajantemente asegurando que ese territorio es solo para Israel; lo que ha fortalecido las lecturas ultraortodoxas dentro de la sociedad israelí.

A partir del año 89 se da una intifada que obligó a Israel a sentarse en un proceso de paz hasta el año 93, lo que se conoce como los Acuerdos de Oslo, los cuales no se implementan y dan origen en el año 2000 a una segunda intifada. En la primera, se obliga a Palestina a crear una autoridad palestina que efectivamente se crea; después les obligan a tener un presidente y eligen uno; luego a nombrar un primer ministro y lo hacen; también a nombrar una cámara y la nombran; a desarmar las milicias y las desarman; los obligan a reconocer a Israel y los reconocen; y al obligarlos a hacer elecciones en 2006 gana Hamas. En la mayor parte de los proyectos de paz en el mundo, se imponen obligaciones primero al ocupado y luego a la otra parte, lo cual es una lógica perversa.

No se sabe muy bien, pero pareciera que los jóvenes israelíes colonos asesinados en territorio palestino fueron asesinados por problemas económicos con otro judío.

Como haya sido, ahora se están planteando unos debates muy importantes. Por un lado, si se pelea Palestina desde el 48 (toda histórica Palestina para los palestinos), lo cual es una tontería pragmática, porque no se trata de arrojar a todos los israelíes al mar. Por otra parte, está la propuesta de dos Estados. La pregunta es: ¿en qué territorio?. Hay otros debates sobre el uso o no de la violencia. En cuanto a la resistencia Palestina no hay problema, pero sí se ha planteado si los ataques suicidas son válidos o no y qué significado político tienen. En mi opinión son ineficaces políticamente y un fracaso militarmente. Hay otro debate sobre si tiene sentido tener una autoridad palestina, hasta qué punto crear una autoridad palestina es funcional a la ocupación.

¿Apoyo a Palestina?

La bandera que unifica el mundo musulmán es la bandera Palestina. Estados Unidos va a firmar por el lado de Israel siempre. De Francia no habrá contemplación alguna con los palestinos. Inglaterra siempre ha sido un soporte para Israel. China y Rusia son unos hipócritas y los países del Golfo están pendientes de sus propias agendas. Entonces los palestinos están prácticamente solos, los hermanos musulmanes que eran su apoyo, son ahora una organización terrorista según el gobierno egipcio, por ello Egipto no va a mover un dedo por Palestina.

A Palestina no le queda nada del lado del terrorismo. Del lado de la solidaridad internacional hay muy pocas cosas que se pueden hacer en lo simbólico, ojalá pudiéramos llegar a un estadio como el boicot contra Sudáfrica en la época del Apartheid; en países como Malasia o Indonesia donde el grueso de musulmanes es muy grande, el mercado podría generar algún tipo de impacto. En suma el arma grande de los palestinos es su población, 4´000.000 de habitantes (1,6 en Gaza y 2,4 en Cisjordania) ya que hoy en día no se puede borrar del mapa a cuatro millones de personas de la noche a la mañana, además de jugársela por la resistencia, Creo que deberían llamar a una tercera Intifada.

Comentarios finales

Israel manipula con el hecho de que la víctima debe ser buena para ser reconocida víctima. Del mismo modo hace un manejo de medios por medio del cual se pretende que se desconozcan detalles de los ataques, censurando a ciertos periodistas de cadenas internacionales. El embajador de Israel en Colombia llamó al propio Fidel Cano a preguntarle por qué me siguen publicando columnas[1].

Yo realmente soy muy pesimista y no veo por dónde se pueda solucionar. Lo que si pienso que podemos hacer aquí que sería importante es: lo del argumento del TLC con Israel; el boicot a los productos de Israel, y con la bancada que se levantó en el congreso en apoyo a Palestina, proponerles algunas mociones públicas o debates en el Senado, utilizando dos figuras: el crimen de apartheid y el genocidio, y por ese medio presionar la llamada del embajador de Israel o algún tipo de sanción política o moral[2].

Transcrito por: Ana Milena Gómez M.  agosto 4, 2014

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[1] Algunas de sus columnas en El Espectador se encuentran en el siguiente link: http://www.elespectador.com/opinion/victor-de-currea-lugo

[2] En el capítulo IV a partir de la página 391, De Currea-Lugo hace un análisis de la postura de los gobiernos colombianos frente a Palestina desde el 48 hasta nuestros días. El capítulo se denomina “Colombia y el Estado Palestino” disponible en: http://www.kas.de/wf/doc/6989-1442-4-30.pdf