Víctor de Currea-Lugo | 28 de junio de 2021
Pereira se sigue moviendo. Esta vez la misma comunidad convocó a una jornada que iba desde la desparasitación de mascotas hasta una exposición de fotografías, pasando por un taller de reciclaje y eventos deportivos.
Lo interesante es que se repite lo que he visto en otras ciudades y que es herencia del paro: la gente se conoce por las protestas, se junta en la indignación, teje redes en la solidaridad y ahora está unida más allá del paro.
La cosa empezó mal, en la mañana llegaron «20 matrimonios» del Esmad a un parque donde se haría la jornada; pero la misma comunidad los rechazó. Me explican que «no es un evento del paro, pero sí en el marco del paro», lo que yo leo es que hay un gran malestar ante la continua estigmatización.
El paro sigue siendo un espejo para pensarse y un lugar para encontrarse. Y esto sucede, de manera importante, en una geografía que renace como espacio político: el barrio popular. Estas fotos tratan de mostrar parte de lo que vive la sociedad movilizada después de los bloqueos, un después que se repite (con variaciones) en otras ciudades.