Victor de Currea-Lugo | 5 de mayo de 2024
Una cosa es dar opiniones y otra, afirmar cosas. Y la libertad de prensa de «Los Informantes» (de la televisión colombiana) no se debería usar para enviar mensajes de odio, arabofobia e islamofobia. Estos mensajes son un delito.
Desde octubre pasado, un poco de “expertos”, que no han tomado en sus manos un Corán, empezaron a dar clase sobre el islam; unos “intelectuales”, que confunden el mar Rojo con el estrecho de Ormuz, dan clase de Oriente Medio; y los medios repiten lo que el sionismo quiere.
Ni siquiera distinguen entre islam, islamismo e islámico; confunden suníes con chiíes; dicen que el dios de los árabes es Mahoma y otra sarta de cosas rastreras, que si fueran con referencia a la religión cristiana ya habría más de un cura furioso.
Entiendo que el sionismo ataca a todo lo que puede en su rabia por la expulsión de su embajador, y para eso tiene demasiados aliados: desde las revistas del Cambio hasta los periódicos otrora progres, de manera activa o pasiva, contribuyendo a lavarle la cara al sionismo.
Ahora se viene la fase de las Fake News y toda la mierda posible para los defensores de la causa palestina. Profesores y periodistas se vendieron; no por un plato de lentejas, sino por un viaje en un helicóptero sionista sobrevolando Israel. Esos llegaron a decirnos que conocen “el terreno”. Sí, pasearon en los mismos helicópteros con los que se comete el genocidio palestino.
En ese marco se emite un programa en el que se cometen todos los exabruptos posibles del periodismo; bueno, porque no son periodistas, sino publicistas. Y ya no se trata de lavarle la cara al sionismo (un imposible), sino de echar mierda contra los pro-palestinos.
Los des-informantes
Ser palestino no puede ser presentado en los medios como igual a ser terrorista. Ya han dicho que el presidente Gustavo Petro es antisemita y la siguiente fase es tratar de vincularlo con Hamas, a él y a todos los que denuncian el genocidio contra los palestinos.
Inventan que «oleadas de jóvenes» colombianos viajan a Oriente Medio, dizque a través de ONG con proyectos sociales; mientras callan frente a la presencia de colombo-israelíes en las tropas genocidas de Israel ¿así o más sionista?
Toda la comunidad árabe y toda la comunidad musulmana, y todas las ONG deberían entender que el mensaje los involucra. No es su vecino, no es el “turco” de la esquina, es que han pasado cualquier línea de respeto.
¿Se atreverían los “des-informantes” a hacer un programa sobre las redes de prostitución y de narcotráfico de Taganga, otrora manejadas por israelíes, con permisos para portar armas de fuego por parte de Ministerio de Defensa?
Ese informe lo conocí de manos de agentes del extinto DAS, pero el expresidente Uribe ordenó eliminarlo. Recuerdo que hasta puse un derecho de petición al expresidente Santos, pero ese tema lo obviaron.
Los hechos, señores, los hechos. Por ejemplo, ¿Por qué en los hostales de Medellín circula el miedo a alquilar a israelíes? Ya sé que no a todos, pero ¿podría ser eso motivo de comentario alguno en la prensa? Claro que no, sería antisemita.
A los israelíes se les da visa al llegar a Colombia; pero los árabes deben presentar muchísimos documentos para conseguirla, porque la islamofobia institucional ha sido cultivada por el sionismo durante décadas de influencia en la política exterior y migratoria colombiana.
Ojalá el presidente Gustavo Petro nombre una comisión especial para hallar la verdad; ojalá los musulmanes y pro-palestinos tuvieran la misma oportunidad en los medios de comunicación; ojalá el programa de ayuda humanitaria anunciado por el presidente no sea calificado de “pro-Hamas” y de “antisemita.
De mis amigos de las comunidades árabes y musulmanas espero la denuncia, penal, contra “Los (des)informantes”; de las ONG espero que ante esa generalización que se hizo se pronuncien.
De los otros medios, en cambio, no espero mucho. Jugarán a darle más tribuna a los sionistas. De la Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio de Interior esperaría, por lo menos, un pronunciamiento.
Lo más diciente es que estos supuestos hechos, que fueron en su momento desestimados por la Fiscalía, ahora reaparecen. No es por justicia, ni por deber del periodismo, ni por responsabilidad social. No es desde la justicia, sino desde la venganza, que hablan. Lo hacen porque saben que Israel está cometiendo un genocidio y hay que desacreditar al mundo propalestino.
El sionismo está herido y rabioso, dispuesto a usar todo su poder, con la ayuda de los medios de comunicación, incluyendo los que se decían progres. Las “fake news” contra la causa palestina serán una constante creciente desde el 2 de mayo en adelante. Así, se junta el antipetrismo, el sionismo y la derecha.