Víctor de Currea-Lugo | 20 de mayo de 2020
Desde la asociaciones juveniles, colegios, organizaciones políticas, instituciones del Estado o sencillamente desde grupos de vecinos, la sociedad bogotana se ha volcado para echar una mano donando y distribuyendo mercados. Esto ha sido toda una oleada de solidaridad alimentaria. No es una solución estructural, pero sí muestra que hay luces de esperanza entre las sombras de la pandemia.
Una especie de: «De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades». Es cierto que la ayuda ha sido limitada y que no es la solución de los problemas de fondo que tiene la ciudad, pero qué bien que viene un mercado en medio de la pandemia. Y más, si se entrega con una sonrisa.
Aquí podrás ver todas las entradas de la otra cara de: La pandemia: Capítulos: la otra cara de la pandemia