Víctor de Currea-Lugo | 29 de mayo de 2025
“¡Sionistas de todas las pelambres unidos y disimulad frente al genocidio!”, podría decir la consigna que mueve a los sionistas criollos que sin pudor defendían a Israel y, ahora, que no pueden ocultar las evidencias, empiezan a matizar sus posturas y huyen en desbandada.
Es muy interesante cómo, desde la absoluta ignorancia, llenos de prejuicios y de arrogancia, después del 7 de octubre de 2023, salieron tantos y tantas sionistas a enseñarnos lo que pasa en Oriente Medio. Nos dijeron que era “una guerra religiosa”; lo dicen porque no han entendido que no se trata ni del Corán, de la Torá, ni mucho menos de la Biblia.
Nos dijeron que era “una guerra milenaria” porque no saben o simplemente quieren mirar para otro lado cuando la historia muestra que esto tiene una fecha de inicio bastante clara: 1897, con el primer congreso sionista donde se decidió crear a Israel, mucho antes de la Segunda Guerra Mundial.
Luego nos dijeron que la creación de Israel era “para reparar a los judíos” de la Segunda Guerra Mundial, cuando la gente que respeta la historia sabe que el proceso de colonización de Israel comenzó tras el primer congreso sionista.
Después, nos intentaron convencer de que todo era culpa de Hamás, cuando la violencia sistemática del Estado de Israel contra los palestinos está por lo menos desde 1948 y Hamás fue solo creado en 1987.
Nos dijeron que el problema era que los palestinos eran musulmanes y querían “un Estado Islámico”, pero lo cierto es que el 15% de los palestinos son cristianos y la pasan tan mal como los musulmanes y que los palestinos ateos.
Repitieron lo que dijo el expresidente Joe Biden, de que el 7 de octubre de 2023 hubo crímenes de violencia sexual y niños decapitados, aunque los grandes medios de Estados Unidos y la propia Casa Blanca salieron a decir que no tenían ninguna prueba de esos hechos. Argumentaron que Hamás no quiere negociar, que Hamás tiene de rehén a todo el pueblo de Gaza.
Y también nos dijeron que las imágenes de torturas, asesinatos y bombardeos eran obra de inteligencia artificial, que los datos de los muertos eran datos inflados del terrorismo y que si usted critica a Israel es porque es antisemita.
Luego empezaron a recordarnos el Holocausto para que no viéramos Palestina: nos llenaron las plataformas de televisión de películas y las librerías con anuncios del niño de pijama de rayas porque esa era la nueva tendencia.
Incluso en las universidades, se querían matizar los debates porque hay un miedo a decir las cosas. Y allí mismo, desconociendo por completo el derecho, se hicieron afirmaciones como que en Palestina no hay un genocidio, porque “no habían matado tantos”.
Lo anterior demuestra no solo la ignorancia supina, sino la perversión de definir un genocidio por el número de muertos, desconociendo que hay una convención internacional con una definición específica que ha sido muy apoyada, entre otros Estados, por parte de Israel.
Como si todo lo anterior fuera poco, entonces pidieron perdón al embajador de Israel porque el presidente Gustavo Petro dijo “genocidio”, que qué pena que uno no puede hacerle eso a las víctimas del Holocausto y que , de esa manera, uno defiende a terroristas por denunciar la masacre contra los palestinos.
Un periódico, otrora decente, dijo que ellos no dirían “genocidio” porque ningún tribunal lo había condenado con esta palabra. Y hasta habla de “presunto genocidio”, cuando lo que se presume es la inocencia de una persona y no la existencia de un crimen.
Trataron de convencernos de que todo acto antisionista, es decir, contrario a la ocupación genocida que hace Israel de Palestina, es lo mismo que antisemita, que queremos resucitar a Hitler y echar al pueblo elegido de Israel al mar mediterráneo.
Incluso a mi amigo Matador lo persiguieron por haberse atrevido a publicar una caricatura, porque el problema no son los niños asesinados, ni los hospitales bombardeados, ni los palestinos masacrados, sino la caricatura.
Las iglesias evangélicas y similares, por su parte, salieron absolutamente envalentonadas a decir que “Jerusalén es de Israel”, lo que es mentira jurídicamente hablando, y que “al pueblo elegido” se le perdona todo.
Y entonces los evangélicos, que supuestamente se guiarían por los evangelios, se limpian la nariz con la idea del amor al prójimo, con todas las enseñanzas de Jesús de Nazaret y se centran solo en el Antiguo Testamento de un dios cruel y sanguinario.
Los sionistas criollos, con el culo al aire
Y la verdad empezó a ser incontestable. Ahora, que hasta gobiernos europeos capturados por el sionismo empiezan a ver lo que el mundo ya veía desde hace décadas, los sionistas criollos salen a matizar sus declaraciones y a decir “Donde dije digo, digo Diego”.
Ya se dieron cuenta de que no había túneles debajo de los hospitales de Gaza (según el mismo Ehud Barak fueron construidos por Israel) y que Israel comete crímenes de guerra en Gaza (lo dijo el mismo Ehud Olmert); que los niños de dos y tres meses palestinos asesinados no eran terroristas; que los bombardeos sí son de verdad; que los de Hamás han tratado bien a los prisioneros israelíes, y que Israel no ha podido destruir al pueblo palestino.
Se dieron cuenta de que a Israel no le bastó contar con la ayuda indiscutible de Occidente: la hipocresía de Francia, las armas que le vendió Alemania, la persecución de las marchas por Inglaterra, las bombas que le dotó Estados Unidos; nada de eso evitó su fracaso en su intento de acabar con un pueblo.
Visto todo lo anterior ante la crisis real y el innegable desangre, entonces ahora saltaron los antiguos sionistas criollos a matizar. Y, a partir de ahí, montaron toda una parafernalia para tratar de demostrar que no, que realmente no son tan sionistas, que sí son sionistas, pero que no hay genocidio, o que sí hay genocidio, pero que es muy poquito o que al comienzo no se notaba.
Si leemos política exterior y derecho internacional con esa misma “profundidad”, con la misma que creemos cualquier cosa en las redes sociales, pues terminamos produciendo tonterías. La nueva mentira es que sí hay crímenes de guerra, pero que la culpa es de Hamás; también dicen que realmente el problema es Netanyahu que es el único malo y que el resto de Israel es bueno.
Argumentan que Israel se dañó en los últimos dos años y que el sionismo es muy incluyente, incluso dicen que son sionistas de izquierda y otra cantidad de sandeces similares.
Los sionistas criollos ahora dicen que el problema se soluciona simplemente cambiando a Netanyahu o cuando cesen los bombardeos y cuando dejen de matar palestinos, así los sigan matando por falta de comida o por falta de servicios de salud.
Y tratarán de hacernos creer que antes del 7 de octubre de 2023 todo era normal, que no hay que hablar de una ocupación, sino de “territorios en disputa”, y que los crímenes muy documentados entre 1948 y el 6 de octubre 2023 son un invento de “terroristas islámicos” y no una realidad comprobada y comprobable por muchísimas organizaciones de Israel que han reconocido la magnitud del genocidio.
Los sionistas criollos ni en estos son originales: se están portando como los gobiernos oportunistas europeos que ahora, repentinamente, se enteraron que sí hay un genocidio con gente asesinada y gente muriendo de hambre y que ya tanta excusa no aguanta.
Todo es tan obvio y tan indefendible que hasta el exprimer ministro israelí Ehud Olmert reconoció que «ya no se puede defender a Israel«y hasta CNN ha empezado a reconocer los crímenes cometidos en Gaza.
Los criollos dirán, desde su feminismo estrato 20, que el único problema es que Hamás es “patriarcal”, pero guardarán un muy respetuoso silencio ante los crímenes contra mujeres palestinas, como la cantidad de abortos y partos pretérminos causados por los bombardeos.
Y como todo era normal según ellos antes del 6 de octubre, si se firma una tregua (tan frágil como la anterior y salpicada de masacres), entonces saldrán los sionistas criollos a decir que ya es hora de que Petro vuelva a abrir las relaciones internacionales con Israel, que les sigamos comprando armas y vendiendo carbón porque el conflicto ya se acabó.
Dirán, tras una leve disminución del promedio diario de muertes, que las matazones aisladas, la demolición de casas gota a gota o las restricciones para entrar alimentos son apenas “pequeñas contingencias” que no merecen ser tenidas en cuenta.
Ellos han evitado, evitan y evitarán hablar de la agenda real del conflicto. Es decir, de la apropiación ilegal de tierra por parte de Israel, del estatuto jurídico de Jerusalén que la sitúa como una ciudad internacional, del retorno que exige la ONU de los refugiados de 1948 a su tierra, y de la cadena de asentamientos todos ellos ilegales construidos en el territorio ocupado. Ya los verán en estos días reduciendo todo a un problema de arroz.
Por lo menos a mí, no me sirve de argumento que sean antiuribistas, que aparenten ser académicos, que corrijan en público sus posturas simplemente por vergüenza, que digan que no tenían la suficiente formación.
Hubo algunos sionistas que parece que se beneficiaron del programa espía “Pegasus” para acceder a información y liquidar a sus contradictores; otros inventaron calumnias de todo tipo desde la superioridad moral de los sionistas; otras se vendieron por un viaje a Israel con todo pago, como el que se vende por un plato de lentejas.
Y otros en sus revistas dizque del cambio sesgan la información de tal manera que pudieran parecer “progres” en Colombia, pero evadiendo un debate serio sobre su sionismo. Los sionistas criollos, parece, empiezan a abandonar el barco: borrando mensajes de apoyo a Israel en las redes sociales, matizando su descaro.
Solo veo dos explicaciones posibles (porque no hay otras) para haber apoyado tanto al sionismo: son profundamente ingenuos y arrogantes, o son profundamente conocedores y perversos. En ambos casos, su malparidez es imperdonable. Fin del comunicado.
PD1: Espero la tracamanada de calumnias en contra de los que les decimos a la cara lo que pensamos; el sionismo es rastrero. No olviden que algunos de ellos se apoyan en el Mossad y en Pegasus.
PD2: Favor distribuir etiquetando a su sionista criollo de preferencia.