De prisa y de paso por Bogotá, el ministro de Turismo de Líbano, Michel Pharaon habló con El Espectador, aclarando que no lo hacía como Ministro ni como vocero de su Embajada en Colombia, sino como activista político del Movimiento 14 de Marzo.
-Líbano vive bajo un frágil equilibrio de diferentes comunidades religiosas y políticas, durante buena parte de la historia política y hoy esa situación se mantiene ¿Cómo ve la inestabilidad política de Líbano?
Tenemos una grave crisis de gobernabilidad que ya cumple dos años, el tema de seguridad es un tabú que nos inmoviliza, no tenemos Presidente, nuestras instituciones están bloqueadas. Los retos que tenemos son inmensos. Hoy Líbano es una tierra en disputa entre árabes e israelíes, árabes y árabes, y hasta en fuerzas regionales. Líbano refleja en su suelo todas las guerras.
-Hay una fuerza político-militar creada en los años ochenta, Hizbolá, como aglutinación de milicias contra la presencia de Israel en Líbano y que hoy hace presencia en la guerra siria. ¿Cómo ve a Hizbolá?
Hizbolá es un partido político, de carácter nacional que representa a una parte de la sociedad libanesa; el problema es que el ala militar, la milicia de Hizbolá, está bajo el control de Irán que le ordenó moverse a la guerra de Siria. Uno puede ir a pelear donde quiera pero no diluir la frontera entre Líbano y Siria, nosotros queremos tener una frontera segura que, además, garantice nuestra soberanía.
-Históricamente las relaciones sirio-libanesas han sido muy estrechas y la crisis de Siria impacta seriamente al Líbano ¿Cuál es su postura frente al conflicto sirio?
Líbano está pagando un muy alto precio por ese conflicto. Nuestra principal preocupación y también nuestro principal consenso es la seguridad que garantice estabilidad. Hoy tenemos alrededor de 1,5 millones de refugiados (con una población de solo 4 millones de habitantes). Los refugiados son una bomba de tiempo. La comunidad internacional debe asumir una mayor responsabilidad.
-La crisis de refugiados ya llegó a Europa…
A Europa han llegado unos miles de refugiados y muchos países se pusieron de pie. En nuestro caso, tenemos cientos de miles y las ayudas son pocas. ¿Cómo resolver el problema? Depende de la solución del conflicto sirio. Resulta paradójico que frente a la negociación de la carrera nuclear con Irán había un consenso, pero no lo hay sobre cómo solucionar la guerra en Siria.
-Parte importante del territorio sirio está bajo control del Daesh (el Estado Islámico), ha habido presencia de grupos radicales pro Al-Qaeda en varias ciudades del norte de Líbano y en la capital, Beirut. ¿Cómo cree que es posible derrotar al Estado Islámico?
El Daesh es una catástrofe, no solo desde el punto de vista militar. En Líbano, el Islam moderno que prevalece ha sido un elemento para prevenir el crecimiento del Daesh, pero la amenaza es real. La única manera de derrotar al Daesh es mediante una fuerte coalición de suníes, con ideas que defiendan la República como ideal, como en Túnez, como en Jordania.
-El Presidente de Siria ha pasado de ser percibido como un dictador a presentarse como una opción frente al avance del Estado Islámico, bajo la idea del ‘mal menor’. ¿Qué hacer con el Presidente de Siria, Bashar Al-Asad?
El Presidente Bashar Al-Asad destruyó la oposición que era una real alternativa. Hoy, Siria tiene que escoger entre la dictadura y el exterminio. Su triunfo sí ha sido mostrarse como el ‘mal menor´ y como una opción válida frente al Daesh, pero eso no es cierto, Bashar Al-Asad no es una solución, es un problema.
Publicado en El Espectador