Víctor de Currea-Lugo | 13 de abril de 2024
Israel cometió un crimen al atacar una sede diplomática de Irán en territorio sirio el 1 de abril pasado. Esa acción equivalió a llevarse por delante todas las normas internacionales relacionadas con las actividades diplomáticas. La pregunta es: ¿esto será el casus belli para la Tercera Guerra Mundial?
Ese ataque previo contra Irán significó la muerte de 16 personas, dentro de los cuales cayeron cinco oficiales iraníes, además de dos generales. El ataque israelí forzó la respuesta militar de Irán. ¿Acaso alguien esperaba algo diferente?
Irán invocó el artículo 51 de la Carta de la ONU, sobre legítima defensa. Por eso lo que se pone en juego no es el derecho de Irán a defenderse, sino un consenso mundial sobre la naturaleza de las sedes diplomáticas.
El sionismo desde 2002 ha estado diciendo en la ONU que, en «en pocos días, Irán tendrá una bomba atómica»; lo que sirvió como excusa para imponer medidas económicas en contra de Irán.
Las tensiones entre los dos paìses no son nuevas: Entre 2007 y 2012, cinco científicos nucleares fueron asesinados en territorio iraní. Israel podría estar detrás de tales crímenes, según Ilan Mizrahi, exdirector del Consejo Nacional de Seguridad de Israel y exsubdirector del Mossad.
Recordemos que Barak Obama firmó un acuerdo entre los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (+ Alemania) e Irán, sobre el control de producción de energía nuclear. Esa producción es legal, de acuerdo con el artículo 4 del Tratado de No Proliferación (TNP). Más tarde, Donald Trump rompió dicho acuerdo. Siempre me he preguntado ¿sobre qué base jurídica participa Alemania?
En tanto, Israel sí tiene armas nucleares y sin ningún control de la comunidad internacional. Como dijo Richard Falk, el relator especial de las Naciones Unidas para los Territorios Ocupados de Palestina, «es Israel, y no Irán, el que debe estar sujeto a sanciones». Tengamos presente que, desde 7 de octubre 2023, Israel ha asesinado 18 militares iraníes, en diferentes ataques.
Irán sí tiene misiles de hasta 3.500 kilómetros de alcance. En un ambiente donde todos están en la misma zona, pueden ser más importantes estos misiles que un arma nuclear, porque, de ser usada, sería un acto suicida.
Irán tiene todo el derecho a responder a una agresión como la llevada a cabo por Israel en su sede diplomática en Siria y sería de tontos no esperar una respuesta o condenarla. Ya Irán ha sufrido muchas agresiones del sionismo; debe enviar un mensaje tanto al eje de la resistencia como al mundo.
En los últimos meses, Israel ha atacado, por lo menos, a Palestina, Líbano, Siria y Yemen; sin que esos ataques tengan consecuencia alguna; por años ha bombardeado Líbano, Siria y amenazado a Irán, sin que pagara por sus aventuras militares, y la ONU ni siquiera fue capaz de condenar la agresión israelí, lo que, simbólicamente, hubiera amainado las tensiones.
Decir que Irán iba a actuar a través de otros actores locales es inexacto. Como me comentaba un diplomático iraní: pueden decir que Hizbollah es un hijo de Irán, pero se trataría de un hijo mayor, que ya toma sus propias decisiones.
Irán responde a Israel
Un sector de Israel casi que «rogaba» por un ataque de Irán, con el fin de arrastrar a Estados Unidos a una guerra regional. Otros sostienen que Irán haría un ataque limitado que le permita demostrar su capacidad, pero sin escalar a una guerra regional. En ese caso, si Estados Unidos participa en la respuesta israelí, sus bases en toda la región podrían estar en el blanco de nuevos ataques.
Israel cerró 28 embajadas alrededor del mundo esperando la retaliación; y su población fue llamada a guardar agua y alimentos antes del ataque; y, posteriormente, a permanecer en los refugios antiaéreos.
Varios países, desde Canadá hasta Emiratos Árabes Unidos, pidieron a sus ciudadanos abandonar tanto Irán como Israel. Luego, se cerró el espacio aéreo de Irán, Israel, Jordania, Yemen, Irak, Egipto y Líbano.
Cuatro oleadas de drones, desde Irán hasta Israel, fue solo la primera fase de ese ataque. Luego se reportó la presencia de misiles iraníes en el cielo iraquí, camino a Israel. También cayeron drones y cohetes provenientes del Líbano y Yemen. Israel dejó de ser, por un momento, el que bombardea para ser el bombardeado.
Un nuevo grupo de israelíes deja Oriente Medio y colapsan el aeropuerto de Tel Aviv. Las fuerzas armadas, especialmente las aéreas, de Jordania y de Egipto se declararon en máxima alerta, sugiriendo que participarían de las acciones de Israel para contener los ataques iraníes. E Irán advirtió, pensando en las monarquías del Golfo, que si algún país presta sus espacio aéreo para que Israel responda también será objeto de acciones por parte de Irán.
El ataque de Irán ha sido limitado, lo suficientemente duro para dejar claro a Israel que se acabó el tiempo de sus provocaciones, y lo suficientemente contenido para evitar que Estados Unidos termine involucrado.
Israel por sí solo no pudo con Hizbollah en 2006 y no ha podido controlar Gaza ni acabar con Hamas, a pesar del despliegue militar. Sin Estados Unidos, dijo un alto mando militar, Israel tendría que pelear con palos y piedras.
Solemos decir que «nadie sabe qué va a pasar en Oriente Medio en las próximas horas» (excepto los opinadores sionistas criollos que todo lo saben). Según la Biblia, el judío Sansón echó por tierra el templo donde estaba diciendo: «Muera yo con los filisteos» (es decir, los palestinos de hoy). La «opción de Sansón», término en uso desde 1960, es la amenaza israelí de morir matando.