Víctor de Currea-Lugo | 29 de noviembre de 2023 (desde el Líbano)
A la reportera Farah Omar y al fotógrafo Rabí al-Maamari, de Almayadeen, periodistas asesinados el día 21 de noviembre por Israel.
La verdad, no los conocí, como tampoco conocí a los niños asesinados en Jenín, las mujeres humilladas en Jerusalén o los médicos que han visto cómo Israel destruye sus hospitales en Gaza. Solo supe que las tropas israelíes, otra vez, asesinan periodistas.
Solo sé que estaban del otro lado de la cámara y apenas amparados en un letrero que dice «press». Ese letrero es un acto de fé, una esperanza de que algo malo no suceda. Es como una plegaria en sólo una palabra.
Israel primero atacó a Almayadeen tratando de imponer el silencio; los vetaron en Israel porque el sionismo le teme a la verdad. Pero como siguieron informando sobre lo que pasa en Palestina, los vetaron usando las armas.
Esa mañana de la noticia, 21 de noviembre, hablábamos con otros colegas de los más de 50 periodistas asesinados en Gaza y de los 14 detenidos en Cisjordania.
Y ayer martes, 28 de noviembre, a una semana del asesinato, se juntaron todas las voces a decir adiós, más bien a decir hasta luego a los colegas.
A los sionistas y a sus amigos, no les basta inventar que los palestinos son los malos, que son los terroristas, no les basta perseguir antisionistas por todo el mundo, no les basta ser dueños de los medios.
Tampoco le bastará al sionismo estas nuevas muertes, ni los muertos que esperan mañana su momento.
Al mundo, a las civilizadas democracias, a los árabes neutrales, a los correctos de cafetería, a los tibios de todos los colores, a los intelectuales pipa en mano, a ellos ya les basta. Por eso cambian las noticias para que una niña herida no les dañe el postre.
Ninguna columna de palabras los volverá a la vida, ninguna foto perdonará su muerte.
Pero hay que seguir escribiendo y preservando la memoria, hay que seguir disparando fotos, porque tal vez algunos no sabemos hacer sino esas cosas y no podemos dejar de hacer algo cuando se mira un genocidio a los ojos.
Video en homenaje a los colegas: