Víctor de Currea-Lugo | 5 de septiembre de 2024
La crisis humanitaria en Gaza es la más grave actualmente en curso y su nivel de daño supera, con creces, las consecuencias sumadas de varias guerras recientes. La crisis de salud actual de Gaza debe verse como el resultado de:
– las necesidades no atendidas antes del 7 de octubre (por ejemplo, restricción de acceso a medicamentos y a tratamientos). Hay en Gaza 52.000 pacientes con diabetes y así mismo, el número de pacientes crónicos de otras enfermedades se cuentan por miles.
– los ataques al sector salud en Gaza (destrucción de hospitales, asesinato de personal de salud), tanto antes como después de octubre de 2023, incluyendo cortes en el suministro de combustible, agua y electricidad. El número de camas hace un año, en Gaza, era de 3.000 y en febrero de 2024 cayó a menos de 1.000.
– las condiciones sanitarias son muy deficientes (acceso restringido al agua potable y presencia de casos de cólera). El hacinamiento y la falta de agua potable explica los 586.000 casos de infección respiratoria aguda y los 220.000 casos de diarrea aguda de octubre de 2023 a abril de 2024.
– A esto se suma la detención del programa de vacunación (con la subsecuente aparición de numerosos casos de hepatitis A y de polio).
– no acceso al ayuda humanitaria (irregular tratamiento de enfermedades crónicas, limitaciones para procedimientos como hemodiálisis). De 178 equipos de hemodiálisis, el 63% está en el norte de Gaza, donde no hay prácticamente acceso. Y hay 1.100 pacientes que necesitan diálisis,
– elevado número de heridos que colapsan la poca oferta existente (bombardeos israelíes contra zonas densamente pobladas y bienes civiles). A esto hay que agregar el daño a las ambulancias, a las vías y la falta de combustible. Hay reportes de una ocupación hospitalaria del 323%,
– ruptura de la oferta de programas materno-infantiles (partos atendidos de manera improvisada, aumento de la mortalidad materna y neonatal). Se calcula más de 160 partos al día (5.000 al mes), en condiciones indignas, a lo que se suma la imposibilidad de ofrecer incubadoras a los neonatos que las requieran. 20% de los partos son pretérmino.
– no acceso a alimentos (numerosos casos documentados de muerte por desnutrición). Esto se agrava por la extensa destrucción de cultivos, el ataque a depósitos de ayuda humanitaria por parte de Israel, la ruptura en las cadenas de distribución de alimentos, y la falta de acceso a las víctimas de desnutrición,
– la decisión política de Israel de continuar con prácticas de limpieza étnica y de genocidio, tanto en Gaza como en Jerusalén del Este y Cisjordania,
Los medios de comunicación se enfocan en el número de heridos de manera constante, pero no así del número de enfermos. Vale tener en cuenta, además, el permanente desplazamiento forzado de la población. Hay familias que, desde octubre hasta hoy, han cambiado de residencia más de 12 veces.
Situación en Egipto
Además de la asistencia a refugiados palestinos, debemos tener en cuenta que Egipto enfrenta un flujo de refugiados que vienen de Sudán, debido al conflicto del país vecino, especialmente desde abril de 2023.
Según la WHO, se han producido 4.916 evacuaciones médicas desde Gaza más 6.675 acompañantes, pero este número es estancó el 7 de mayo, debido al cierre completo del paso de Rafah.
Entre los palestinos que han llegado buscando ayuda en Egipto, hay un 43% de enfermos y heridos entre los 19 y los 60 años; si a esto sumamos un 20% de mayores de 60 años, tenemos un 63% de población que no son niños, pero que necesitan ayuda urgente.
El cierre del paso de Rafah, 7 de mayo de 2024, implicó no más evacuaciones, a excepción de 85 menores que fueron trasladados por un paso que hay entre Gaza e Israel Kerem Shalom (sin pasar por Egipto) y con mediación directa del gobierno de Emiratos Árabes Unidos, el 30 de julio.
Además, 23 niños con cáncer fueron evacuados con coordinación de la WHO en junio pasado, pero desde Egipto. No hay más evacuaciones directas de pacientes de Gaza en curso.
Hay un represamiento de pacientes a la espera de ayuda, entre 10.000 y 12.000 personas. Este es el cálculo de la WHO del volumen de pacientes que llegaría a Egipto, de una día para otro, si se abre el paso. Egipto, por supuesto, no tiene la capacidad para responder adecuadamente.
Otras enfermedades
Tanto los voceros egipcios como palestinos insisten mucho en que no se trata solo de heridos sino también de un aspecto muy descuidado: la atención de enfermedades crónicas; preocupa mucho la falta de tratamientos para hipertensión, diabetes, cáncer, etc., la dificultad para ciertos procedimientos médicos (diálisis) y la aparición de epidemias documentadas (cólera, hepatitis A y polio).
Se calcula que en Gaza hay un total de 350.000 personas viviendo con enfermedades crónicas, de ellas la inmensa mayoría no tiene acceso oportuno a tratamientos y a atención médica. De esos, 45.000 tienen enfermedades cardiovasculares, 45.000 asma y 225.000 hipertensión.
Según la WHO, los pacientes oncológicos constituyen el grupo más numeroso en necesidad, debido a la falta de capacidades de radioterapia y terapia sistémica. Esta situación se ve agravada por el cierre del único centro oncológico en la Franja de Gaza, debido a la inseguridad y los bombardeos, que afecta a unos 1.500 pacientes de cáncer,
Hay datos terribles sobre salud mental: en la Franja de Gaza 452.600 personas (22,1%) viven con trastornos de salud mental, incluidas 104.450 (5,1% de la población) con afecciones graves como esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión grave y ansiedad grave,
Si la guerra se extiende, habrá una crisis humanitaria en El Líbano, con un posible alto flujo de población a Siria; de palestinos hacia Jordania y Egipto (dependiendo de las restricciones en frontera), y la salida de miles de israelíes. Pero nada de esto es fruto de un tsunami, sino de una decisión deliberada de Israel.
Nota: estas cifras cambian semana a semana, día a día, pero dan una dimensión del daño causado por Israel a la salud del pueblo palestino.