Víctor de Currea-Lugo
Las personas abajo firmantes, convencidas de que la paz es un derecho de la sociedad y un deber del Estado y del gobierno, así como de los grupos insurgentes, reclamamos la instalación formal de la mesa de negociación Gobierno-ELN.
Creemos que la agenda, adoptada por las dos partes y hecha pública el 30 de marzo de 2016 en Caracas, es un compromiso ético y político con el país que no acepta más dilaciones. No es saludable ni conveniente la negociación a través de los micrófonos, ni deseable la cadena de informaciones y contra-informaciones para explicar las demoras. Una fase exploratoria debe ser, por definición, discreta.
Desde los años ochenta del siglo pasado, el ELN ha insistido en la necesidad de la humanización de la guerra y en la aplicación estricta del Derecho Internacional Humanitario. Y sin embargo, continúa practicando el secuestro, lo cual es inaceptable. Por ello, exigimos la liberación inmediata de Odín Sánchez y el abandono definitivo de esta práctica.
Por otra parte, el gobierno nacional se comprometió a designar como gestores de paz a dos miembros del ELN detenidos, en lo que ya se ha avanzado; pero además, a indultar a otros dos insurgentes, lo que debido a limitaciones legales no se ha podido cumplir. Como alternativa, proponemos designar a los cuatro como gestores de paz, mediante el levantamiento provisional de sus responsabilidades penales en aras de facilitar el diálogo.
Las partes deben ceder en su arrogancia y priorizar, ante todo, la urgencia nacional de la paz. Lo que está en juego no es solo la legitimidad política de las partes sino el futuro del país.
Desde una sociedad expectante y convencida de que una paz completa requiere de todos los sectores sociales, demandamos que no cesen los esfuerzos de paz y que se instale cuanto antes la negociación formal entre el Gobierno y el ELN.
Publicado originalmente en Las 2 Orillas