Cumbre de la OTAN: armando a Ucrania y mirando a Asia-Pacífico

Víctor de Currea-Lugo | 12 de julio de 2023

En la reciente cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), realizada en Lituania, Ucrania fue un tema central, pero no el único y tal vez ni siquiera el más preocupante.

Más allá de lo simbólico de la unidad en torno al tema ucraniano, hay tensiones y evidencias que muestran que el tigre no es como lo pintan. La OTAN, más que el «brazo armado» de Europa, es un aparato militar de Estados Unidos que apunta más allá del Atlántico Norte.

1) El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aceptó estar dando apoyo militar a Ucrania desde 2014, año del cambio de gobierno ucraniano y el cual posicionó a la extrema derecha en el poder, por ejemplo, dándole el control del Ministerio de Defensa,

2) La OTAN mantiene su apoyo al Ejército ucraniano en una estrategia de desgaste que las sociedades europeas cada vez cuestionan más. Ahora Estados Unidos incluirá el envío de «bombas racimo» prohibidas en el derecho internacional. Ya hace varias semanas fue Reino Unido el que entregó a Ucrania municiones con uranio empobrecido,

3) A pesar del apoyo a Ucrania, hasta ahora, ningún miembro de la OTAN ha buscado entrar en confrontación directa con Rusia, ni siquiera Polonia. La tarea de esa confrontación ha recaído en el Ejército de Ucrania y en los asesores europeos y estadounidenses desplegados en el frente de guerra,

4) El ingreso de Ucrania a la OTAN sigue en espera a que Kiev cumpla unos requisitos que no son del todo claros, al punto que ni siquiera se estableció un calendario para este paso. Resulta curioso que dentro de los requisitos se espera un aumento en la democracia.

Quedó dicho que “el futuro de Ucrania está en la OTAN”, pero no dijeron cuándo. Todo apunta a que Ucrania no entrará a la OTAN si no gana la guerra, pero no ganará la guerra si la OTAN le da la espalda,

5) El ingreso de Suecia a la OTAN ha sido inicialmente condicionado por Turquía a su propio ingreso a la Unión Europea, lo que demuestra la codependencia de estas organizaciones. Aunque Turquía se retractó a última hora, no deja de ser significativo que hasta el presidente de Turquía ve a la Unión Europea y a la OTAN como organismos “intercambiables”,

6) China mantiene su postura de respaldo de Rusia, especialmente desde que la OTAN caracterizó a China como un enemigo por su aparente «comportamiento hostil»; jugada por demás, precipitada e innecesaria. Y este es un tema más preocupante incluso que la guerra de Ucrania, la proyección de la OTAN pensando en Asia Pacífico,

7) La OTAN pasó de 13 a 30 miembros, desde el fin de la Guerra Fría hasta 2022. Dejó de ser una «organización defensiva» para volverse un agente de agresión como lo demostró en los Balcanes, donde sin mandato del Consejo de Seguridad bombardeó durante más de 70 días seguidos a Serbia,

8) La presencia de cuatro líderes del Asia-Pacifico en la cumbre de la OTAN (Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda) muestra que Estados Unidos busca no sólo ampliar la OTAN sino fortalecerla contra China, panorama dentro del cual Taiwán es determinante.

Así, los peligros a la paz mundial no se deben buscar solo en Ucrania, donde el escenario geográfico se ha limitado al territorio ucraniano, sino que hay que incluir las potenciales tensiones en Asia-Pacífico,

9) Esta proyección mundial de la OTAN consolidaría la propuesta estadounidense de ser el «policía del universo», confronta la propuesta de un mundo multipolar y debilita el sistema de la ONU. Ya sabemos el desprestigio de la ONU por inoperante en Ruanda y en Srebrenica, pero ahora se suma una “competencia” desde adentro de los miembros más poderosos del sistema internacional,

10) Como si lo anterior fuera poco, el presidente de Lituania pidió, en contravía a lo acordado en 1997, poder instalar bases militares de la OTAN cerca de la frontera con Rusia, lo que aumenta el riesgo de un mayor escenario de guerra. Ese pedido de Lituania es una muy mala idea para Finlandia y Suecia, países que tienen frontera con Rusia,

11) Cómo dijo el candidato demócrata Robert Kennedy Jr.: si Rusia pusiera sistemas de misiles suyos en Canadá o México, Estados Unidos invadiría estos países. Sin duda, Rusia cometió un crimen de agresión al atacar a Ucrania, pero es un asunto más complejo si incluimos en el análisis la crisis de los misiles de Cuba en 1962,

12) La OTAN ahora coquetea a Serbia, sí, a la misma que bombardeó en los años noventa, bajo la lógica de evitar que se acerque a Rusia. Por eso, la Unión Europea (que actúa a veces como brazo político de la OTAN) en días recientes amenazó a Kosovo con sanciones, pero fue flexible con Serbia,

Resumiendo, vemos una OTAN sometida a la política exterior de Estados Unidos, que se contiene en Ucrania, se proyecta como una propuesta mundial más allá del Atlántico Norte y que muestra los dientes a China. ¿Qué podría salir mal?

Llama la atención que un sector de la izquierda mundial sigue viendo en la Rusia de hoy a la Unión Soviética de ayer, grave error, y por eso tratan de presentar la guerra como un conflicto de ideologías, lo que es totalmente lejano a la realidad,

Colombia debe mantener su postura de neutralidad frente a ese conflicto armado, insistiendo el respeto por el Derecho Internacional Humanitario por todas las partes y la búsqueda de una salida negociada; paradójicamente allí no hay propuestas de paz de nuestros aliados en la Paz Total como Suecia y Noruega.

De hecho, solo Viktor Orban, primer ministro de Hungría, fue el que, en solitario, planteó en su Twitter que: “En lugar de enviar armas a Ucrania, finalmente deberíamos traer la paz”. Un Gobierno que quiere ser potencia mundial de vida debería replantearse sus vínculos con la OTAN. Fin del comunicado.