Uno de los problemas de las figuras excéntricas es que generan odios y amores, lo que vicia cualquier análisis más o menos racional. El caso del coronel Muamar Gadafi no es la excepción. Éste llegó al poder por vía militar siendo un joven oficial de tan sólo 27 años. En la década de 1970 anunció su plan de nacionalización de empresas y cumplió su palabra. En la década de 1980 patrocinó actos de terrorismo que primero negó y luego aceptó. Su deseo de ser una mezcla entre Nasser y el Che lo llevaron a definirse en la reunión de la Liga Árabe de 2009, como “Rey de reyes, líder de los líderes árabes e imán de los musulmanes”.
Él ha sido panarabista, panafricanista, panislamista y todos los “pan” y los “istas” que han estado al alcance de su discurso contenido en el famoso Libro Verde que (cual Libro Rojo de Mao) se convirtió en el libro sagrado de sus seguidores. Gadafi posa de socialista cuando lo requiere, pero firma lo que sea con el capitalismo. Él es esencialmente “Gadafidista”.
Dice que él no puede renunciar porque no tiene el poder, que el “poder está en el pueblo”, por eso Libia se llama oficialmente “Jamahiriya” (Estado de las masas). Ha dicho que Libia es una democracia, pero el panorama de derechos humanos lo contradice. Gadafi es el “Gran Hermano” que lo ve, lo sabe y lo controla todo. Pero sus atrocidades no son cosas desconocidas para Europa, para los Estados Unidos ni para otros dictadores africanos que apoyaban a Gadafi a cambio de su dinero proveniente del petróleo.
Recién empezaron las protestas, Gadafi dijo que se trataba de “jóvenes borrachos y drogados”, luego negó la existencia de mercenarios, sostuvo que los rebeldes eran gente de Al-Qaeda y amenazó con buscar a las “ratas” (los rebeldes) casa a casa, que limpiaría el país. Y los hechos demuestran que, cuando de reprimir se trata, cumple con su palabra.
Ahora que Gadafi enfrenta una resolución de las Naciones Unidas (1973 de 2011) —aprobada el jueves en la noche en el seno del Consejo de Seguridad en la que se autoriza establecer una zona de exclusión aérea en el país y el uso de “todas las medidas que sean necesarias para proteger a la población civil”— se vería obligado a detener las hostilidades y respetar civiles, pero sigue mintiendo, sólo trata de ganar tiempo y recuperar interlocución y legitimidad.
Gadafi ha convertido a Libia en un gendarme internacional no sólo del paso de inmigrantes hacia Europa, sino de viejas revueltas en África: apoyó militarmente a Idi Amín, invadió Chad, financió rebeldes en Darfur, fue árbitro de la paz en Malí, envió tropas a República Centro-Africana, y un largo etcétera.
Pero, a diferencia del cuento, el mentiroso no es sólo el pastorcito. Gadafi, en rigor, no es menos mentiroso que otros dictadores: Al-Bashir reconoció 9.000 muertos en Darfur cuando la cifra más conservadora superaba el medio millón. Ni más mentiroso que otros políticos: Collin Powell dijo que en Irak había armas de destrucción masiva.
Es bien conocido que la política es la continuación de la guerra por otros medios. El problema no es que Gadafi mienta en el respeto a las resoluciones del Consejo de Seguridad, el asunto es más bien que se las interpreta a su acomodo o casi nadie las respeta, véase el caso de Israel al que se le exige la salida de Palestina desde hace décadas. Gadafi interpretó la resolución a su manera: dice no atacar a los civiles, sino sólo a los “rebeldes armados”.
Quienes ahora lo confrontan son los mismos que antes le alababan. El petróleo está ahí, pero es el mismo petróleo que ha habido desde siempre. ¿Qué cambia? El contexto: Libia forma parte de un mundo árabe que empieza a hablar con voz propia.
Las protestas contra Gadafi
Febrero
15-17
Tras la caída de los mandatarios de Túnez y Egipto, la revuelta estalló en Libia contra el régimen del coronel Muamar Gadafi, quien lleva 42 años en el poder. Se lanzó a través de Facebook el “Día de la ira”. Murieron seis personas en Bengasi y dos en Al Bayda. Human Right Watch señaló que más de 30 personas fallecieron en los enfrentamientos.
Febrero
19-22
Gadafi realizó la primera advertencia contra los rebeldes. El hijo mayor del coronel, Seif Al Islam, amenazó en televisión con un baño de sangre. El régimen lanzó ataques aéreos sobre Trípoli. La cadena Al Jazeera dijo que hay centenares de muertos. El Consejo de Seguridad pidió poner “fin de inmediato” a la violencia en el país.
Febrero
25-28
Creció el movimiento rebelde en el oeste del país. Los primeros miembros del gobierno de Gadafi comenzaron a darle la espalda. El dictador se refugió en la capital y perdió el control de los enclaves petroleros. El dictador dijo que perseguirá a los rebeldes como ratas. Miles de personas comenzaron a huir del país hacia Túnez.
Marzo
2-10
Los combates en el este del país enfrentaron duramente a las tropas de los rebeldes con el ejército de Gadafi. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ofreció mediar en el conflicto. Comenzó la reconquista de varias ciudades por parte del líder libio. La aviación leal al régimen bombardeó de nuevo los enclaves rebeldes, lo que aumentó el temor a una guerra civil.
Marzo
15-18
Gadafi recuperó Ras Lanuf, el enclave petrolero controlado por la oposición. Los rebeldes libios se retiraron de Brega y perdieron posiciones en Ajdabiya. El régimen anunció que en pocos días habrá reconquistado el país. Justo cuando hizo el anuncio, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó crear una zona de exclusión aérea en Libia.
Tropas en Bengasi
Los rebeldes libios afirmaron que las tropas del líder libio, Muamar Gadafi, avanzan hacia Bengasi y llegaron a 50 kilómetros del bastión rebelde, mientras que una fuente militar del régimen negó ese avance. El viceministro de Relaciones Extranjeras libio, Jaled Kaim, acusó a los rebeldes de violar el alto el fuego y atacar a las fuerzas leales a Gadafi en la región de Al Magrun, aproximadamente a 80 kilómetros al sur de Bengasi. “Milicias armadas han comenzado hace unos minutos a disparar contra las fuerzas libias en la ciudad de Al Magrun, el bombardeo continua”, añadió Kaim.
Por su parte, la dirección militar de los rebeldes instó a sus tropas a dirigirse hacia la ciudad de Al Malgrun, a 50 kilómetros al sur de Bengasi, para “bloquear a las fuerzas de Gadafi”.
Operación militar inminente
A pesar de que desde el pasado jueves el Consejo de Seguridad aprobara el piso jurídico para implementar una zona de exclusión aérea en Libia, un disenso entre los Estados parte de la OTAN sobre la estrategia militar pospuso el comienzo de la operación militar.
Es por eso que con la intención de definir las medidas a implementar, el gobierno francés organizó este sábado una cumbre en París, a la que acudieron la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton; el primer ministro británico, David Cameron; la canciller alemana, Ángela Merkel, entre otros.
“Ya hemos lanzado un ultimátum sobre el alto el fuego y hemos puesto las condiciones (…). En las próximas horas, pienso que lanzaremos la intervención militar”, afirmó el embajador francés ante Naciones Unidas, Gerard Araud.
Los planes de acción de los miembros de la OTAN en Libia
Estados Unidos
La gran potencia ya puso a disposición sus bases aéreas de Aviano (Italia), Morón (España), Incirlik (Turquía), Bahréin y Djibouti. Además, desde principios de marzo tiene desplegados sofisticados medios militares en el Mediterráneo, entre los que se destacan dos buques de asalto anfibio, así como aviones F-16, F-15 y F-22.
Francia
La administración de Nicolás Sarkozy fue una de las principales impulsoras del establecimiento de la zona de exclusión aérea en Libia. Podría desplegar aviones Mirage y Rafale desde distintas bases ubicadas en las ciudades mediterráneas de Marsella e Istres, así como la de la isla de Córcega.
Reino Unido
El gobierno británico anunció que enviaría aviones patrulla Tifón y cazabombarderos Tornado, estacionados en la bases de la Fuerza Aérea Real en Escocia y en el condado de Norfolk, hacia las bases de la OTAN en el Mediterráneo.
Italia, Rusia y Malta
Estos tres países anunciaron que no participarían de las operaciones en Libia. Sin embargo, según el diario ‘Corriere della Sera’, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, podría ofrecer a los aliados las bases de Sigonella, Trapani Birgi y Puglia. Por otro lado, Malta informó que no cederá las suyas.
Publicado originalmente en El Espectador: https://www.elespectador.com/noticias/elmundo/gadafi-el-pastorcito-mentiroso-articulo-257949