La Silla, medio llena o medio vacía

“Es un ´sentido común´ entre la prensa criolla afirmar que los movimientos y las organizaciones sociales son, por necesidad, ´brazos´ de algún actor ilegal”. (En el paro agrario, desde La Lizama, Santander, junio 5 de 2016. Foto: Víctor de Currea Lugo)
“Es un ´sentido común´ entre la prensa criolla afirmar que los movimientos y las organizaciones sociales son, por necesidad, ´brazos´ de algún actor ilegal”. (En el paro agrario, desde La Lizama, Santander, junio 5 de 2016. Foto: Víctor de Currea Lugo)

Víctor de Currea-Lugo 2017

La historia es muy sencilla: a) en marzo de 2017 La Silla Vacía publicó una nota de prensa sobre el impacto del proceso de diálogo gobierno–ELN en la región de Arauca, nota donde señala que el Movimiento Político de Masas de Centro Oriente —que hace parte del Congreso de los Pueblos (CdP)— “tiene afinidad con el ELN”,

b) el Movimiento Social y Político de Masas de Centro-Oriente le contesta que ese señalamiento “pone en riesgo la vida de sus miembros”,

c) el ELN saca una declaración al respecto ,

d) La Silla Vacía sale a defender a su periodista y

e) La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) sale a sugerir que el ELN amenaza la libertad de prensa en este caso en particular.

f) en julio de 2017, La Silla Vacía sindica de la misma afinidad a las organizaciones del Sur de Bolívar, y

g) la semana pasada repite tu “tesis” de la afinidad, aunque en esta ocasión descubren su “nudo teórico”: la Mesa Social para la Paz y el CdP son los “militantes no armados del ELN”.

Ya sé que este resumen es mío y por tanto, motivo de debate, pero ese no es el punto. El problema es la libertad de prensa y la responsabilidad de quien escribe. Aquí pues, mi análisis.

Sobre Arauca (marzo)

La Silla Vacía publica el texto: “El desgane con el proceso del ELN se siente más en Arauca” para el cual fui entrevistado, que generó reacciones del ELN, a lo cual respondió La Silla Vacía diciendo que: “Rechazamos la intimidación del ELN” y apoyado por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP). Allí, en esencia, acusan al ELN de, en este caso específico, poner en riesgo la labor periodística.

Ese artículo fue respondido por el Movimiento Social Araucano, así: el portal La Silla Vacía “partió de señalar al movimiento social y poner en tela de juicio nuestro compromiso con la construcción de la paz en Colombia, el medio digital continuó vinculando al movimiento social con la guerrilla, precisamente en un contexto de criminalización de las luchas populares, de asesinatos contra líderes y ataques contra las comunidades”.[4]

De hecho, llamé en varias ocasiones a la periodista, en tono de colega, para hacerle notar sus errores: que yo no soy director de ninguna plataforma, como apareció en la versión inicial y que fue corregida; que el mando del Frente de Guerra Oriental no es Pablito, independientemente de su influencia; entre otras imprecisiones.

En particular, una de mis preocupaciones era el afán de ella por mencionar una “afinidad política” entre el Movimiento de Masas de Centro Oriente y el ELN, explicando lo que eso significaba.

Sur de Bolívar (julio)

Cuatro meses después, La Silla Vacía publica un artículo titulado: “Marcha Patriótica se crece frente al Congreso de los Pueblos”.

Allí, para resumir, niega la existencia de fuerzas sociales en el Sur de Bolívar, alineando las organizaciones a las Farc o al ELN y, además resume el escenario de las organizaciones sociales en una pugna entre las dos insurgencias: “Pero mientras esta guerrilla [el ELN] se toma todo el tiempo del mundo para concretar un acuerdo que permita su desmovilización, las organizaciones sociales afines políticamente a esta guerrilla ven cómo aquellas más cercanas a los postulados de las Farc comienzan a ganarles espacio político en sus territorios”.[5]

Y para que no queden dudas, solo dos párrafos más adelante, insisten: “Allí, mientras Congreso de los Pueblos, el movimiento que agrupa a muchas organizaciones afines a los postulados políticos del ELN, está quieto y aún no decide si va a participar de ese proceso, Marcha Patriótica, movimiento que agrupa a organizaciones sociales afines a los postulados de las Farc, ya está en precampaña para quedarse con la curul en la Cámara que le correspondería a esos municipios”.

Y termina magistral, por si el lector no lo había percibido: “Y mientras el movimiento que es base del futuro partido político de las Farc va ganando espacio, las organizaciones sociales afines políticamente al ELN lo irán perdiendo mientras que la dirigencia guerrillera dilata las negociaciones en Quito”.

Sobre la Mesa Social (septiembre)

El 13 de septiembre pasado, la Mesa Social para la Paz fue caracterizada por La Silla Vacía, de manera pública, como el “Frente Amplio del ELN”. Dice el artículo en cuestión:

Lo que no ha quedado claro hasta ahora es quién definirá los criterios para escoger la ‘sociedad civil’ que participará en estos diálogos y los mecanismos que tendrán para que su voz sea escuchada. Si esos criterios no son totalmente transparentes existe el riesgo de que dada la estructura del Frente Amplio del ELN, la conversación se vuelva en realidad un ‘yo con yo’, es decir, de los militantes no armados con los armados y queden por fuera las voces de otros sectores de la sociedad menos afines al grupo guerrillero.

Por ejemplo, la Mesa Social para la Paz donde tienen asiento organizaciones como el Congreso de los Pueblos y Marcha Patriótica que, como ha contado La Silla, tienen afinidades ideológicas con el ELN.

Allí, claramente dos espacios políticos y sociales, como son la Mesa Social para la Paz y el Congreso de los Pueblos, son presentados con total descaro como “militantes no armados” del ELN. Y su fuente es el mismo portal: “Congreso de los Pueblos y Marcha Patriótica que, como ha contado La Silla, tienen afinidades ideológicas con el ELN”. No solo es peligroso sino que el que escribió eso no tiene ni la mejor idea de lo que es, ideológicamente, el proceso llamado Marcha Patriótica.

Los debates

Ahora bien, reconozcamos que el problema no es exclusivo de La Silla Vacía. Es un “sentido común” entre la prensa criolla afirmar que los movimientos y las organizaciones sociales son, por necesidad, “brazos” de algún actor ilegal o, en el mejor de los casos, de un actor político que subyace en la sombra.

Los indígenas del Cauca, en medio de la más aguda contradicción con las Farc, de todos modos eran presentados como “afines” a esa insurgencia; cuando el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) se enfrentaba a las Farc, la propaganda de la prensa insistía en que estaba dirigido por unos ideólogos externos; así, cualquier movilización de los últimos 50 años por definición ha estado dirigida por las guerrillas.

De entrada hay que decir que el deber de cualquier analista o periodista es analizar las cualidades y errores de cualquier actor político, aunque le resulte cercano, y de desentrañar la sustancia de su posición política.

En mi caso estuve vinculado por unos cuantos meses al Comité de Impulso de la Mesa Social, y eso nunca me inhibió de reconocer sus cualidades y señalar sus errores, incluso en medio de agrios debates. Pero una cosa es no compartir algunas lógicas de esa iniciativa (que aquí no voy a mencionar) y otra muy distinta es apuñalarla caracterizándola de manera pública como “militantes no armados del ELN”.

Porque, repito, no se trata de un debate que se mida en citas a Marx sino en vidas humanas. Ya tanto Marcha Patriótica como el Congreso de los Pueblos han puesto muchos muertos, para creer que se trata solo de un debate semántico.

En argumento es la afinidad política. ¿Qué es afinidad política? Miremos primero las evidentes afinidades de esas organizaciones sociales: están por la paz (hasta el papa está de acuerdo); están por la democratización de Colombia (hasta los dos Santos lo dicen); están por el derecho a la protesta (hasta Guillermo Rivera y Uribe Vélez lo suscriben); consideran que la rebelión tiene justificaciones y orígenes socio-políticos (el 80 % de los estudiosos lo afirman, incluyendo el 100 % de los que son serios); afirman que la pobreza y miseria en el país son de las más vergonzosas del continente (lo dice la Cepal); propugnan por que las comunidades decidan sobre los asuntos minero-energéticos (como la Corte Constitucional) y se oponen a un modelo de extracción fanática de los recursos naturales (de nuevo, como el Papa, o como los habitantes conservadores de Jesús María en Santander); están en contra de asesinatos de líderes sociales (como el exgeneral vicepresidente, como el Mininterior, y como Vivanco), etc.

Vale preguntarle a Juanita León: ¿está usted también de acuerdo con estas afinidades de las organizaciones que son objeto de sus reiterados señalamientos? ¿Y si ELN está de acuerdo con esto, podríamos decir que La Silla Vacía es afín a esa organización guerrillera y que se ha hecho indefectiblemente camilista?

No es un debate académico sobre el “grado de afinidad”, es que esa figura es la misma que están usando hoy para procesar a líderes del Sur de Bolívar, para desmembrar al movimiento social, para perseguir académicos y estudiantes. El problema es que no estamos en Suecia. Parte del genocidio de la UP se hizo sobre la construcción discursiva de que los militantes de la UP eran miembros de las FARC y por eso podrían ser exterminados.

No es broma ni exageración, miren lo que dijo la (ahora detenida por corrupta) fiscal especializada María Bernarda Puentes López, de Barranquilla, para acusar de insurgente a Milena Quiroz, militante del Congreso de los Pueblos: “La Fiscalía considera que es necesaria y proporcional esta medida porque la señora Milena mueve masas y está demostrado porque es líder comunitaria y social. Existen testimonios que dicen que ella forma marchas que tendrían como finalidad real los quereres de la organización ilegal del ELN”.

No. La Silla Vacía no está caracterizando unas organizaciones sociales. Está claramente señalando, sin prueba alguna (y no sé con qué propósito ni al servicio de qué agenda) a estas organizaciones sociales de desarrollar una conducta ilegal, a sabiendas de que no es solo la ley la que los perseguirá.

Lo anterior nos lleva a un segundo debate: la libertad de expresión. En el caso de Arauca ¿puede la FLIP pronunciarse solo sobre lo que dice el ELN evadiendo la crítica que hace el movimiento social a la estigmatización vía “afinidad”? La verdad, sí. En democracia se puede decir lo que a uno, le dé la regalada gana (hasta esta frase, para algunos, inadecuada).

¿Puede el ELN, desde su condición de grupo ilegal, debatir sobre una fuente de prensa? Sí, incluso los presos tienen derechos humanos que no pueden ser restringidos, sea un prófugo uribista o un guerrillero en el monte. Otra cosa diferente, que no infiero, sería si el ELN declara “objetivo militar” a un medio de prensa, cosa condenable, pero no es el caso.

En el ya citado caso de Arauca, no me parece que se pueda demonizar la declaración de una guerrilla y subirla a categoría (casi) de amenaza y de poner en riesgo a los periodistas, al mismo tiempo que una columna que habla de “afinidades políticas” entre el ELN y un movimiento social que ha puesto muertos y detenidos, no merezca una reflexión de fondo.

Entiendo el “espíritu de cuerpo”, esa cosa tan nefasta para la democracia, cosa que se ve desde la izquierda dogmática hasta las Fuerzas Militares, pasando por los gremios, pero me parece que eso deteriora un Estado de derecho.

El revanchismo y la algarabía no son argumentos. Que el ELN ataque periodistas es condenable, pero, repito, no el caso; que la FLIP defienda la libertad de expresión es válido, pero que se escriba fuera del contexto político del entrevistado y del lector, me parece cuando menos una ingenuidad.

Igual de grave, la reciente acusación hecha desde La Silla Vacía contra la Mesa Social para la Paz y contra Congreso de los Pueblos. ¿La FLIP dirá algo al respecto o el tema de la responsabilidad periodística no es de su incumbencia? Supongo que sí tiene algo que decir.

No creo que un periodista pueda gritar “fuego” en medio de un concierto, generar una estampida que deje muertos y decir que él lo dijo porque tiene “libertad de expresión”. Un tema básico, en materia de derechos humanos (primer semestre) y que los tratadistas han dejado claro es que el ejercicio de libertad de expresión tiene un límite y este límite es la responsabilidad.

Repito lo que dijo en su momento el Movimiento Social Araucano: “Al respecto opinamos que la libertad de prensa no puede ser convertida en herramienta para la difamación y la criminalización.

La libre expresión, la crítica y la denuncia no son derechos exclusivos de un medio de comunicación o de una periodista: son también derechos de cada ciudadano y de las organizaciones sociales”. Eso más o menos le dije en su momento, por teléfono, a la FLIP cuando hubo el debate por la columna sobre Arauca.

Ahora, espero la diatriba en mi contra de La Silla Vacía y de la FLIP. Puedo decir a favor mío, y a la FLIP le consta, que ante el secuestro de la señora Salud Hernández me moví como pocos en procura de su libertad, que nunca he dejado de criticar los crímenes de guerra que haga el ELN (diferente a los actos de guerra, diferencia que para algunos es irrelevante, desconociendo el derecho), y que defiendo la libertad de decir lo que yo pienso, lo que me ha valido rupturas hasta con conocidos de Congreso de los Pueblos.[8] Digo que espero la diatriba en mi contra por la misma y única razón que escribo esta columna: porque en este país donde convocar a marchas es un delito y ser líder social un riesgo extremo, por lo menos debemos defender el derecho a decir lo que nos dé la gana.

PD: Cuando un libro que edité a favor de la paz con el ELN (“Y sin embargo se mueve”, 2015, publicado con el apoyo de la OEA) fue presentado como prueba del delito contra un líder guerrillero, comprometiendo mi libertad de expresión, contacté la FLIP y no recibí ningún tipo de ayuda.[9]

***

[1] “El desgane con el proceso del ELN se siente más en Arauca”, 19 de marzo de 2017. Disponible en: http://lasillavacia.com/historia/el-desgane-con-el-proceso-del-eln-se-siente-mas-en-arauca-60223

[2] “Rechazamos la intimidación del ELN” 30 de marzo de 2017. Disponible en: http://lasillavacia.com/blogs/rechazamos-la-intimidacion-del-eln-60395

[3] “FLIP rechaza intimidaciones a periodistas por parte del ELN” 30 de marzo de 2017. Disponible en: http://www.semana.com/nacion/articulo/flip-rechaza-intimidaciones-a-periodistas-por-parte-del-eln/520230

[4] Colombia. Congreso de los Pueblos: “Carta Abierta y Pública al Portal La Silla Vacía” Disponible en: http://kaosenlared.net/colombia-congreso-de-los-pueblos-carta-abierta-y-publica-al-portal-la-silla-vacia/

[5] “Marcha Patriótica se crece frente al Congreso de los Pueblos” 17 de julio de 2017. Disponible en: http://lasillavacia.com/historia/marcha-patriotica-se-crece-frente-al-congreso-de-los-pueblos-61743

[6] “Chocó le cogió la palabra al ELN” 13 de septiembre de 2017. Disponible en: http://lasillavacia.com/silla-pacifico/choco-le-cogio-la-palabra-al-eln-62536

[7] Colombia. Congreso de los Pueblos: “Carta Abierta y Pública al Portal La Silla Vacía” Disponible en: http://kaosenlared.net/colombia-congreso-de-los-pueblos-carta-abierta-y-publica-al-portal-la-silla-vacia/

[8] Entrevista con Víctor de Currea-Lugo: “No veo una voluntad clara del gobierno frente al Eln”. 17 de junio de 2016. Disponible en: http://periodico15.com/index.php/2016/06/17/entrevista-victor-currea-lugo-no-veo-una-voluntad-clara-del-gobierno-frente-al-eln/

[9] Ver la cuarta foto de: “Capturan a Diego, el jefe del ELN que quería retomar el Tolima”. Disponible AQUÍ

Publicado originalmente en Las 2 Orillas: https://www.las2orillas.co/la-silla-medio-llena-medio-vacia/