Odessa, el puerto de Ucrania que mira al mar Negro

Odessa

Víctor de Currea-Lugo | 26 de abril de 2022

Odessa es un puerto de Ucrania llamado así en homenaje al gran manipulador de la guerra de Troya: Odiseo o Ulises. Todo fue por un error geográfico de Catalina La Grande y de su amor por lo griego. Aquí están en sus trincheras esperando a los rusos.

Hay quienes afirman que el reciente retiro de tropas rusas de Kiev es un indicio de que Odessa no será atacado porque Rusia se limitará a ocupar el oriente. Otros, en cambio, creen que esta ciudad, también llamada la Perla del Mar Negro, podría ser bloqueada por tropas que vengan desde Crimea, al sur, y desde Transnistria, al occidente. Y hace pocas horas aumentan los rumores de operaciones encubiertas.

El caso de Transnistria es especial y merece unas líneas: se trata de una región bajo control militar ruso que pertenece a Moldavia. Allí hubo una guerra entre 1990 y 1992, cuya negociación permitió el despliegue de tropas rusas y que permanecen en el territorio a pesar de los reclamos de Moldavia. Pero hasta hoy, el involucramiento de esas tropas rusas en la guerra es parte de las grandes conjeturas.

Siglos de historia

Volviendo a Odessa, hace 30 milenios alguien puso aquí una piedra. Después vinieron muchas tribus, comerciantes y marineros, también llegaron reyes y ladrones. La ciudad fue gobernada por romanos y por hunos. Y por aquí hubo otomanos y mongoles, gitanos y tártaros. Como puerto, Odessa habrá visto cruzar migrantes, marineros borrachos, amantes clandestinos y cosacos sedientos de aventuras. Así Odessa, como (casi) todas las tierras del mundo, puede reclamarla todos los que ya murieron.

A primera vista, nadie se imagina que sea un puerto estratégico de un país en guerra ni tampoco que sea un objetivo clave para Rusia si decide atacar. La población, me explica un joven reservista, se ha portado igual que frente a la pandemia, adaptándose muy rápido a la nueva realidad. Total, la vida sigue. Vale anotar que no se ve gente con tapabocas.

Odessa, el puerto de Ucrania que mira al mar Negro 5

El toque de queda empieza a las 9 p.m. Escuché de lejos algunas sirenas, pero rápidamente se silenciaron. El silencio y la quietud de la ciudad es por la guerra, normalmente las calles están más llenas de gente. En el centro hay muchos sitios cerrados, entre ellos hoteles y restaurantes. Una mañana escuché un par de explosiones a lo lejos, pero nada que trascendiera.

Odessa ha sido cristiana como muchos de sus habitantes, aunque fue musulmana varios años (por lo menos estuvo pensada en clave del Corán) bajo el Imperio otomano. Ha sido rusa y ucraniana, depende del momento de su larga historia en que queramos pararnos. Hoy, sin duda, es parte de Ucrania.

En la Segunda Guerra Mundial, aquí llegaron los nazis a ocuparla y a matar judíos, y en sus catacumbas aguantó la resistencia en armas. Como las ciudades son también de quien las sueña, no cabría en un libro todos los dueños de sus calles. Un día llegó el Ejército Rojo a liberarlos, esto es un hecho histórico, pero no es una comparación con lo que pasa ahora.

Hacia el sur de la ciudad hay un gran parque de recuerdo a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Pero ese monumento, como muchos otros en el mundo, se vuelve parte del paisaje. Ojalá no tengan necesidad de tener en el futuro otro monumento recordando estos años de guerra. En esa guerra, las tropas de Stalin abandonaron la ciudad y Odessa cayó en 73 días. La bandera de la ciudad es amarillo y roja, le falta el azul para parecerse a la de Colombia, pero ¿para qué el mar en una bandera cuando lo tienen allí frente a sus ojos?

Varias ciudades en Odessa

Veo dos ciudades en una: una más al sur, de cafeterías y tiendas abiertas con ambiente de que aquí no pasa nada. Y otra, cerca al centro y a los edificios oficiales, con barricadas y controles militares. Entre más se aleja uno del centro, más cotidiana es la vida, se mantiene el transporte público y las tiendas de barrio.

Veo que la industria de la construcción sigue adelante, no sé si negando la realidad o enfrentándola. Mientras que la playa, que mira al mar Negro, está señalizada porque hay temor de que haya sido minada.

Odessa, el puerto de Ucrania que mira al mar Negro 6

Cerca de la estación de tren de Odessa veo un grupo de veteranos, con banderas mixtas: mitad de Ucrania y mitad de Georgia. Vienen a pelear del lado ucraniano, tienen pendiente una guerra contra Putin desde 2008, cuando Rusia anexó dos partes del territorio georgiano. Los recién llegados mezclan su bandera con la ucraniana y la lucen con orgullo.

Efectivamente, hace 14 años, alegando proteger a los ruso-parlantes, las tropas rusas se adentraron en Abjasia y de Osetia del Sur, haciéndolas parte de su proyecto político. Esa guerra la ganó Rusia en cuestión de horas. El argumento fue el mismo que esgrime ahora en Donbass: proteger a los que hablan ruso. El enemigo de Rusia ahora es diferente, porque Ucrania es militarmente más fuerte que Georgia.

Odessa ha sido en esta guerra atacada un par de veces. Uno de los que vivió de cerca las explosiones me decía: “el sonido de las bombas no puede imaginarse, hay que oírlo. Es un sonido único. Es horrible ver la gente corriendo y los vidrios cayendo en pedazos”. Cerca al famoso teatro de la Ópera, hay voluntarios civiles empacando sacos y sacos de arena para llevarlos a la playa, el objetivo es fortalecer las trincheras que ya han instalado en el puerto.

Hoy todos temen que sea bombardeada, como lo fue en 1854 por ingleses y franceses. Ahora Odessa se prepara para la guerra, como en los años 40. Si cae, el flujo de barcos y de mercados afectaría seriamente a toda Ucrania. Si la atacan, sus calles se llenarán de sangre, como sus escaleras en la masacre de obreros de la película “El acorazado Potemkin”, luego del levantamiento contra la armada del Zar. Si es tomada por los rusos, repetiría la derrota vivida tras los 73 heroicos días que resistió durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, no todo lo que se dice de Odessa es cierto, toda ciudad tiene su sarta de mentiras. La masacre de obreros en sus escaleras, reflejada en la película de 1925, solo sucedió para la filmación. Odessa también nos ha mentido, como nos miente hoy la prensa en medio de esta guerra.

Publicado originalmente en Revista Cambio