Víctor de Currea-Lugo | 4 de mayo de 2011
La paz llegó al lado palestino. Luego de meses de discusiones discretas entre las dos principales fuerzas palestinas, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y Movimiento por la Liberación de Palestina (Fatah), firmaron en El Cairo un acuerdo de unidad, apoyado a la vez por otros 11 grupos palestinos.
Hay que mirar este paso en el marco de dos tendencias regionales y mundiales: la revuelta del mundo árabe a favor de la democracia, y la declaración del Estado palestino, que se calcula para septiembre de 2011.
Se podrá decir que Hamas es un grupo terrorista, pero sin ellos no habrá paz en Palestina, son un actor político relevante que representa la voluntad política de un grupo importante de palestinos, cansados de los errores de la autoridad palestina, y acosados por la ocupación. Empujar a Hamas a la arena del diálogo político es la mejor estrategia para evitar la violencia desde sus filas; comprometerlo ante el pueblo, es un peso muy grande que Hamas no podría manipular.
Israel dice que no negociará con terroristas. Ya empezó a castigar a los palestinos por optar por la paz: congeló la transferencia de US$89 millones que debería hacerle a la autoridad palestina, alegando que ese dinero “financiaría terroristas”. La paz entre palestinos cuestiona varias cosas: la tensión interna, la tensión de hablar de “dos palestinas” (Cisjordania y Gaza) como si se tratara de dos territorios diferentes y, sobre todo, la estrategia de “divide y vencerás” que hasta ahora le ha dado buenos dividendos a Israel.
La gente en las calles de El Cairo se volcó con banderas palestinas en mano a respaldar el acuerdo. En los campos de refugiados de Líbano y Jordania, la alegría también se siente. Los palestinos de Jordania están contentos, pero escépticos, no ante la voluntad palestina de unidad, sino ante lo que sigue: otro juego de excusas israelíes, la construcción de más asentamientos judíos en los territorios ocupados (ilegales, todos ellos), más y más apropiación de Jerusalén y más kilómetros del muro que parte en varios guetos el territorio palestino.
Hay también, aunque en menor medida, escepticismo de que Hamas y Fatah respeten el acuerdo, ha habido otros acuerdos en el pasado y no siempre han estado exentos de críticas y de graves tensiones por la sed de poder de ambos grupos. En pocos meses, antes de un año, habrá elecciones en Palestina. Lo que salga de allí será determinante para la unidad, pero sin duda será otra excusa para Israel. La guerra entre palestinos era una excusa israelí para no avanzar en la paz, y la paz entre palestinos también lo será.
Publicado originalmente en El Espectador: https://www.elespectador.com/opinion/paz-entre-palestinos