Víctor de Currea-Lugo | 16 de noviembre de 2022
Qué extraño resulta eso de marchar apoyando a un Gobierno y, más aún, apoyando a un Gobierno en las calles colombianas. Qué raro es escuchar una marcha llena de gente que usualmente era de la oposición, ahora celebrando los cien primeros días de Petro.
Eran muchas caras conocidas, las mismas banderas, los mismos letreros y las mismas reivindicaciones. Pero, aunque todo fuera lo mismo, todo era diferente y se sentía en el aire. Lástima que las fotos no tengan olor, para retratar ese aroma a esperanza en medio de la marcha.
Nada de lo anterior niega que haya críticas, desde una derecha desesperada porque siente a la democracia respirándole en el cuello, pero también de unos sectores de izquierda que aspiran y esperan más.
Por supuesto, por lo menos para mí, la naturaleza mezquina de las primeras críticas no tiene nada que ver con la naturaleza esperanzadora de las segundas. Y, definitivamente, lo mejor que puede pasarle a cualquier Gobierno es que no haya complacencia. Hoy en día la complacencia sería la peor de las opciones. Fin del comunicado.