Plan de paz para Gaza: entre el garrote y la zanahoria envenenada

Victor de Currea-Lugo | 30 de sepetiembre de 2025

El plan de paz que propone Israel y Estados Unidos para Gaza no solamente es una trampa, sino que repite los mismos errores del pasado que no llevaron precisamente a la paz.

1. Se reduce la resistencia al terrorismo y se reduce el terrorismo a lo que hace Hamas; no hay ninguna mención al terrorismo de Israel. No hay en ese contexto ni genocidio, ni ocupación.

2. No es claro los límites de la retirada de tropas israelíes y, si tenemos en cuenta lo dicho por Netanyahu después de lanzar la propuesta, tal retirada no tendrá lugar.

3. No menciona los más de 10.000 palestinos detenidos de manera ilegal. Y como otras propuestas previas, establece primero deberes al ocupado que al ocupante.

4. Israel liberaría menos del 15% de las personas que ha detenido desde octubre de 2023. La formulación reconoce que tiene menores de edad retenidos.

5. Propone la rendición de Hamas. En otras palabras, trata de ganar en la mesa lo que no ya logrado en el campo de batalla. Israel fracasó militarmente.

6. Subordina la entrega de ayuda humanitaria a la rendición de Hamas. Lo humanitario es, por definición, incondicional. Apoyar esto es apoyar el uso del hambre como estrategia de guerra.

7. La autodeterminación de los gazatíes ni se insinúa. La propuesta de un «gobierno apolítico» es una contradicción en sus términos. Además, un gobierno dirigido por Trump y Tony Blair no es garantía. El proyecto somete a la Autoridad Palestina (AP) a una reforma impuesta desde afuera que apunta a «atraer inversores». Léase: anexar neoliberalismo al genocidio.

8. Se habla de que nadie será forzado a irse, ni le será prohibido regresar. Los refugiados de 1948 todavía están esperando que Israel respete las resoluciones de la ONU y los deje regresar. La constante de Israel es deportar.

9. Hamas es más que una simple milicia, marginarla del futuro de Gaza es ingenuo y perverso. Es no reconocer lo que es Hamas. Se proyecta asimismo una Gaza desmilitarizada, lo que es incompatible con la idea de un Estado palestino soberano.

10. El peligro regional presentado en la propuesta es Hamas, aunque ellos no han bombardeado Líbano, Yemen, Siria, Irak, Irán ni Qatar.

11. El retiro progresivo del ejército de Israel de Gaza repite la misma fórmula fracasada de los Acuerdos de Oslo. ¿Qué margen hay de creerle a Israel? Además, reduce Gaza y excluye a Cisjordania y a Jerusalén del Este de la discusión.

12. Si Hamas no acepta, entonces el ejército israelí cede sus tareas a las fuerzas internacionales de estabilización. Es decir, hay certeza de que la apuesta política de esa fuerza propuesta seguirá la agenda israelí.

13. Hay que hablar de la paz como una abstracción, mejor sin mencionar Jerusalén, el muro, ni los asentamientos. Pero se llama “plan de paz”.

Plan de paz, más allá de una lista de mercado

El plan, en su conjunto, tiene varios errores de fondo:

-Mantiene una lectura de que Gaza es una cosa y que Cisjordania es otra; con lo cual cualquier alusión a la unidad Palestina o a su autodeterminación es una declaración vacía.

-Este proyecto desenmascara por completo la tendencia creciente de reconocer a Palestina y muestra que ese reconocimiento estaba vacío de contenido. Todos los países que a último momento querían reconocer a Palestina, ahora se pliegan a un plan que no reconoce a Palestina.

-El reconocimiento del Estado palestino no es algo que se vea como un derecho legítimo de un pueblo ocupado sino como una carta de negociación en la mesa: es mentira o se recoge según conveniencias políticas.

-Recordemos que en 1982 la comunidad internacional les ofreció, a través de la ONU, a las milicias palestinas abandonar los campos de refugiados de Beirut, comprometiéndose a respetar la vida de los civiles. Y pocas semanas después se sufrió el genocidio de Sabra y Chatila. ¿Les piden de nuevo a los palestinos que crean en que la comunidad internacional los va a proteger?

-Entregar el gobierno de Gaza a un representante de las élites inglesas de hoy (hijas de las que apoyaron la creación del Estado de Israel) y al presidente de Estados Unidos que apoya un genocidio es simplemente impresentable. La opinión de los palestinos en general y los gazatíes en particular no cuenta.

-Los acuerdos de Oslo enseñaron mucho de lo que no se debe hacer: confundir los mínimos de partida con el punto de llegada, firmar para no implementar, poner primero los deberes de la víctima que los del victimario, creer que en la comunidad internacional como salvaguarda y negociar dejando por fuera todo lo que incluye el derecho internacional. Así que el fracaso parece estar garantizado.

PD: Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente del autor y no reflejan necesariamente la posición de la institución para la cual trabaja. El autor es el asesor presidencial para Oriente Medio, del gobierno colombiano.