“Tras la caída del gobierno sirio, tuvimos sentimientos confusos”

Entrevista con Mutasem Hamada, del FDLP
Víctor de Currea-Lugo (desde Damasco) | 16 de febrero de 2025

Luego de la expulsión de palestinos de la histórica Palestina, en la guerra de 1948, muchos llegaron a Siria y establecieron campamentos de refugiados.

El más grande fue el de Yarmouk, en Damasco. Sobre la caída del gobierno sirio, hablamos en Damasco con Mutasem Hamada.

Él es miembro del Buró Político del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), lleva décadas en Siria y, por supuesto, tiene una opinión formada sobre la realidad. El FDLP es una organización marxista y es parte de la resistencia que combate en Palestina a Israel.

Mi primera pregunta fue sobre el verdadero compromiso de Hafez al-Assad y Bashar al-Assad para proteger a la gente palestina.

Él me aclara que “la ley de apoyo a los refugiados palestinos es de los años 1950, mucho antes de los Al-Asad. Esa ley determina un equilibrio entre palestinos y sirios. Esa ley reconocía el derecho a la educación, al trabajo, a la salud. Pero ese derecho al trabajo era formal y, en la práctica, era más fácil para los sirios acceder a los trabajos que para los palestinos».

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Yarmouk, 2025 / Víctor de Currea-Lugo

La misma ley también establecía restricciones políticas, como en la participación en las elecciones. “Nadie podía decir nada contra el Gobierno”. Incluso, muchos palestinos estuvieron en las cárceles, muchos. “No teníamos derecho a hablar a nivel político, a objetar». «Cuando había tensiones entre Al-Asad y Arafat [el histórico líder palestino] se lo cobraban a los palestinos”.

Le explico que todo el tiempo, en los medios, presentan al gobierno sirio como un fuerte apoyo para los palestinos. Y me dice: “El título de apoyo para los palestinos es solo un título, el apoyo práctico es otra cosa. El apoyo está en el papel, pero en la práctica es falso; en la práctica somos como un demonio”.

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Yarmouk, 2025 / Víctor de Currea-Lugo

Los trabajos a palestinos eran dados no en cuanto palestinos, sino en cuanto eran miembros del partido político Baaz [el partido único del país]. Incluso, para trabajar en UNRWA [la agencia de la ONU para atender a los refugiados palestinos], tocaba afiliarse al partido político del presidente y el 90% de los palestinos no estaban afiliados a ese partido, me explica Mutasem.

Indago por la posición de los palestinos, en 2011, cuando comenzaron las manifestaciones contra Bashar al-Assad. Me dice que las organizaciones palestinas se dividieron, unas a favor y otras en contra, y hasta dentro de ellas hubo diferencias. Unos tomaron partido y otros insistieron en que “no deberíamos ser parte del conflicto sirio, no deberíamos ser parte de la sangría de los sirios”.

Estas discusiones se vivieron en el campamento de Yarmouk, en el sur de Damasco. Mutasem me aclara que “la mayoría de los palestinos no se relacionaron con la revolución, y tampoco se relacionaron con el Estado sirio, pero el Gobierno sirio cerró el campamento y lo rodeó, lo cercó”.

Me aclara que, en los primeros meses de 2011, en muchas zonas de mayoría palestina y, especialmente en el campamento de Yarmouk, “antes de que empezara la guerra [junio de 2011], casi cada noche, la gente salía a protestar contra Bashar al-Assad, contra el régimen”.

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Yarmouk, 2025 / Víctor de Currea-Lugo

El gobierno de Bashar les ordenó desplazarse. “El Estado pidió a los habitantes de los campos de Yarmouk irse a los campos cercanos y, durante una semana, bombardearon el campamento de Yarmouk. Así destruyeron el 90% de los campos de refugiados palestinos”.

Insiste en algo que he escuchado en otros entrevistados: “Algunas personas decían que Bashar al-Assad fue conveniente para Israel. Nunca atacó a Israel, nunca después del acuerdo de la línea púrpura que fue ratificado en 1974, no hubo un solo disparo en contra de Israel”.

Después de la caída del gobierno sirio

Nadie imaginaba en noviembre pasado que, en pocos días, caería el gobierno de Al-Asad. Me dice: “tras la caída del gobierno sirio tuvimos sentimientos confusos, alegres por el fin de un régimen corrupto e injusto; pero, por otro lado, hay preocupación por el futuro de este país”.

La coalición en el poder tiene de todo, hasta radicales islamistas. Reconoce que al-Yulani tiene un gran desafío, “está en una posición difícil; enfrenta muchas dificultades para lograr lo que se propone. Son 47 grupos en el poder, no uno solo. Es posible que haya disputas entre los diferentes grupos”. Le preocupa los derechos de las mujeres en el nuevo gobierno. “Necesitamos que los derechos de las mujeres sirias se mantengan”.

Los sirios entrevistados confirman la estrepitosa caída de precios y el líder palestino lo confirma. Normalmente, en época de crisis, los precios se disparan y el acaparamiento aumenta. Pero, tras la salida de Al-Asad, me explica que “un kilo de azúcar era de 14.000 liras y luego bajó a 8.000 liras”. Así con la gasolina, la electricidad, el gas y con todos los productos. En las tiendas, es usual ver los precios antiguos y los precios actuales.

Un tema recurrente es la posible fractura de Siria, pero me aclara que “Siria es un país de minorías” así que no hay una sola Siria; están los drusos, los alawíes, los suníes, los kurdos, los cristianos. Insiste en que el objetivo debe ser pensar, más allá de las minorías, en “un solo pueblo, un solo sistema y un solo país”.

Al respecto y en relación con los kurdos, me dice que “nosotros estamos de acuerdo, por ejemplo, con el derecho de los kurdos a mantener la educación en su idioma y todos sus demás derechos, mientras eso no lleve a la partición de Siria”.

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Yarmouk, 2025 / Víctor de Currea-Lugo

La última pregunta gira sobre la posición que podría asumir el nuevo gobierno sobre la cuestión palestina. “Nosotros conocemos parte del nuevo gobierno; nos reunimos en Yarmouk con ellos. Nos dijeron que, en Yarmouk, podemos hacer todo; pero no actividades militares. Podemos hacer programas de educación, electricidad, agua”.

Desde el FDLP “hemos pedido un diálogo sobre el tema palestino; le dijimos a Ramallah [a la Autoridad Palestina] que enviara una delegación y que, nosotros como FDLP, podamos participar en esta delegación, pero en Ramallah no han tomado una decisión”.

El día siguiente a la entrevista, visité el campamento de Yarmouk, en el sur de Damasco; hablé con algunos viejos palestinos que insistieron en la violenta represión de Bashar Al-Asad contra los palestinos. Repitieron lo que ya he oído por muchos sirios: la lluvia de barriles con explosivos, desde helicópteros, sobre zonas civiles pobladas. Aquí pongo algunas fotos, para que se hagan una idea del nivel de destrucción.