Víctor de Currea-Lugo | 24 de febrero de 2022
Anoche, al inicio del ataque de Rusia a Ucrania, puse unos 18 trinos sobre el tema (que se puede ver en este link que recomiendo revisar porque esta columna es un complemento de la anterior). No voy aquí a repetir lo que ya saben muchos y todos dicen, sino a contribuir a la complejidad del análisis con nuevas ideas.
1) informar o analizar una guerra no implica apoyarla, suena obvio, pero en las redes sociales los análisis se suelen percibir como propaganda. Defiendo el derecho a la libertad de expresión, mejor si es informado. No creo en la superioridad moral para decir quién debe hablar, así que todos están bienvenidos al debate respetuoso. Los vetos son propios de las posturas fascistas, sean del color que sean. Tampoco comparto las conclusiones laxas tipo “o sea que usted dice que…”, para deducir de una afirmación lo que esta no dice.
2) Para entender cualquier conflicto armado hay que echar mano por lo menos de tres cosas: la historia, la geografía y el contexto. Así mismo, fijar dónde empezó es ya un debate. En el caso de Ucrania debemos empezar por recordar que Rusia, lo ruso, nace en Kiev. En general, el “yo creo” es un mal consejero.
3) Sigo sin entender ese afán casi enfermizo de adjetivar todo (¿será la herencia posmoderna?): todas las guerras son híbridas, desde el comienzo de los tiempos. Volvamos a los conceptos básicos para evitar quedar entrampados en categorías por demás innecesarias.
4) El argumento de la comparación es válido pero riesgoso, en el caso que nos ocupa podemos comparar el potencial despliegue de armas nucleares en Ucrania con la crisis de los misiles de Cuba, de 1962, pero los hechos no son buenos porque sea mejores o peores que otros. Esta forma de análisis es muy socorrida y peligrosa.
5) Rusia heredó ciertos elementos de la Unión Soviética (como la membresía al Consejo de Seguridad) pero no son identidades políticamente iguales, de hecho, Putin responsabilizó a Lenin de parte de la geografía actual de Ucrania. En el mismo sentido, Putin no es Lenin, aunque haya un sector de la izquierda que así quiera verlo.
6) No es el peor momento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, hubo una guerra en los años noventa en los Balcanes con participación de la OTAN y que duró varios años. Los mismo se dijo, en el mundo, del 11 de septiembre, olvidando por ejemplo el genocidio de Ruanda.
7) La postura de Estados Unidos y de sus aliados se resume, hasta ahora, en decir algo así como “toda mi solidaridad” que tiene el mismo impacto que decir “tres cuartos de mi solidaridad”, es decir: ninguno. Ucrania no es parte de la OTAN y lo cierto es que no veo una entrada de Europa a la guerra.
8) La idea de “no hay enemigo pequeño” aplica, no porque Rusia lo sea sino porque la OTAN tuvo una mirada casi despectiva hacia Moscú (lo digo como hecho, no como valoración). Esa arrogancia ahora les pasa la cuenta de cobro.
9) La ONU no va a mandar tropas por la sencilla razón de que no lo puede hacer sin el mandato del Consejo de Seguridad y allí tiene poder de veto Rusia y su aliado China. Y la OTAN tampoco enviará tropas porque sería tan simple como prender la tercera guerra mundial.
10) La decisión de Rusia no nos devuelve siglos atrás, nos confirma simplemente que los bloques de poder, tipo imperio, se mantienen, a pesar del desarrollo de Estados modernos, de organismos internacionales y del derecho internacional.
11) La crisis de la ONU confirma la necesidad de su replanteamiento, su deber fundamental es garantizar la paz y la seguridad internacional. Plausible que haga labores humanitarias, pero eso es secundario. Y parte del fracaso de cumplir su mandato recae en su propia estructura de poder y de toma de decisiones.
12) La razón la tiene el que uno quiera que la tenga echando mano del argumento adecuado. Por ejemplo, desde el derecho internacional Rusia fraguó un crimen de agresión al vulnerar la soberanía de un país; desde el punto de vista de algunos rusos, se hizo fue una “operación militar especial” para proteger precisamente a los ruso-parlantes. Desde la seguridad de Rusia, pues tiene la razón de actuar ante un inminente riesgo de ingreso de Ucrania a la OTAN.
13) El ingreso de Ucrania a la OTAN presupondría: despliegue de bases de la OTAN en su territorio, instalación de armamento nuclear con un alcance de golpear Moscú en cinco minutos y un alto riesgo para la seguridad rusa; entendible si fueras ruso; como es entendible que Kennedy se preocupara por la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba.
14) La crisis humanitaria va a llegar, de hecho, ya hay miles de refugiados huyendo a Rumania. Las víctimas no deben clasificarse como “de primera” y “de segunda”. Los civiles no son “civiles inocentes” (porque eso abre la puerta a civiles culpables). La invocación al DIH, si se hace, debe basarse en lo que el DIH dice y no en lo que queramos que diga.
15) Que RT (Russian Today) o la CNN hayan mentido no quiere decir que todo lo que digan sea mentira. No podemos abrazar un argumento solamente porque va en contra de lo que dice un canal que no nos gusta.
16) ¿Podemos seguir invocando como único marco de análisis el derecho internacional que nadie respeta? No es una afirmación sino una pregunta ¿Tiene sentido? Como diría Hobbes, un derecho sin dientes es solo letra muerta.
17) En el hilo pasado olvidé mencionar el gasoducto que va desde Rusia a Alemania: Nord Stream 2. Ya existe el 1, por la misma ruta. Es una variable más del conflicto, pero no es la única. Habría que preguntarse hasta qué punto esta guerra, como las dos guerras mundiales y muchas otras en el mundo, no son sino reacomodos del mercado mundial y del capitalismo para redefinir nuevas agendas.
18) El riesgo de una confrontación nuclear es muy lejano (espero no estar equivocado), aquí comparto algunos elementos en este link: la amenaza nuclear. Esa agenda subió de tono cuando Zelensky dijo que Ucrania podría reconsiderar su renuncia a las armas nucleares.
NOTA: este 1 de marzo estaré hablando de esta guerra en el siguiente link de mi canal de YouTube: Aquí. Fin del comunicado.