Víctor de Currea-Lugo | 17 de marzo de 2025
Israel volvió a atacar de manera masiva a los palestinos. Las pocas semanas de tregua, desde el 19 de enero de 2025, tampoco habían sido tal por los ataques esporádicos y la continua escasez de alimentos servía para perpetuar al genocidio.
Las noticias que llegan en pocas horas son de cientos de muertos por los ataques israelíes contra diferentes sitios de Gaza. El horror de los bombardeos regresa. Los voceros de la resistencia han manifestado su llamado a los mediadores, a la comunidad internacional y a las Naciones Unidas.
Este ataque masivo constituye una ruptura del acuerdo del cese al fuego por parte de Israel. El embajador sionista ante la ONU dijo que los ataques continuarán hasta que se «liberen todos los cautivos», mientras en Gaza son golpeadas zonas humanitarias y se producen ataques desde tierra.
Recordemos que la resistencia Palestina ha estado dispuesta a negociar desde la primera semana después de la operación diluvio de Al-Aqsa, mientras Israel aceptó la propuesta hecha en mayo de 2024 pero solo 8 meses y miles de muertos después.
A pesar del compromiso de cese al fuego, organizado en varias fases, Israel ha decidido traicionar su palabra, como ya lo habíamos advertido. Lo primero que hizo fue obstaculizar el inicio de la negociación de la segunda fase (que debía empezar el 6 de febrero), luego estancó el proceso de diálogo y finalmente desatar el terror. Israel no busca, ni buscará, una negociación que lleve al fin del conflicto.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmó que «las puertas del infierno se abrirán en Gaza» y que el grupo palestino será golpeado con una fuerza que «nunca antes ha visto». Por supuesto esa decisión fue consultada con los socios de Israel en Europa y en Estados Unidos, y se enmarca con varias tensiones de las últimas horas.
Primero, la operación de Estados Unidos Reino Unido e Israel contra Yemen, que había retomado la prohibición a los barcos israelíes de cruzar por el estrecho del mar Rojo. Y segundo, las presiones de Trump contra Irán, a quien acusa de ser responsable de cualquier futura acción por parte de Yemen.
Recordemos que Israel, a pesar de La tregua firmada con Hizbollah, continúa ocupando territorios del sur del Líbano y ha aumentado su ofensiva contra el sur de Siria, ocupando territorios, más allá del Golán.
Israel sigue el genocidio, con el permiso de Trump
Ninguna de estas cosas hubiera sido posible sin la presidencia de Donald Trump, quién, al igual que muchos medios de comunicación, han reducido la agenda del genocidio a la supuesta “seguridad de Israel” a la liberación de los israelíes en manos de la resistencia, tema que precisamente debía abordarse en las nuevas fases de la negociación.
El silencio mediático, impulsado por el sionismo, nos empuja a olvidar las decenas de miles de personas asesinadas en Gaza, el nivel de destrucción de los hogares palestinos, las torturas en las cárceles, la amputación de menores de edad, la destrucción de hospitales y los bombardeos indiscriminados.
Israel sabe perfectamente que muchos estados árabes y musulmanes no van a ir más allá de declaraciones vacías; Israel también sabe que la llamada comunidad internacional y que las Naciones Unidas no son un peligro, y que los tribunales internacionales no tienen dientes.
Claramente, la resistencia Palestina cumplió su parte: liberó a varios de los israelíes que tenía en sus manos y no desarrolló operaciones militares durante la tregua. El acuerdo no fracasó por culpa de Hamas.
El acuerdo fracasó porque no hay mecanismos para garantizar el respeto a lo firmado, porque la comunidad internacional no está comprometida con exigir a Israel soluciones y, principalmente, porque el sionismo es por naturaleza traidor.
Tanto Trump como Netanyahu presentan esta ofensiva en el marco de una nueva forma de entender el conflicto y es a escala regional: las declaraciones de Washington son claras, ya no hablan solo de los palestinos, sino de estos, de los yemeníes y de los iraníes como un solo bloque.
Como en un bucle macabro las mentiras se repiten, así como el asesinato de niños palestinos. La reducción de la ocupación a la resistencia sigue siendo la constante en “los analistas”. El horror se repite y la humanidad repite su indiferencia.